BIEN, de repente me dio ganas de hacer un one-shot y de ahí salió este libro, ya no sé que escribir :v.
Los personajes y escenarios mencionados en este libro no son de mi propiedad, créditos a su autora(no me acuerdo el nombre).
La portada está hech...
—MAMAAAA UUUHHHH —cantó Erika creyéndose cantante de opera, pero más bien sonaba como un gallo anunciando las tres de la mañana, aunque se le perdona, cantar bien borracha no es fácil.
—I DON'T WANNA DIEEE —le siguió Matheiu. Koori contemplaba la escena riendo cual foca epiléptica.
—¿Qué mierda cantan? —preguntó tomando un sorbo de su botella y con un sorbo me refiero a lo quedaba en la botella.
—Queen —respondió —. Erika, ¿sabías que Queen significa "Reina" en español?— la susodicha frunció el ceño y lo miro como si le acabara de decir que tenía un tercer seno:
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—Mierda Mateo. Ni yo que se supone que soy la prota pendeja digo boludeces como esa —.
—No me llamo Mateo, me llamo Matheiu —corrigió ofendido, la aengel rodó los ojos.
—Mateo, Matheiu; los dos son similares —comentó la kitsune metiéndose en la conversación—. Aengelita, ¿cómo te llamas tú?, te llaman Gardienne, Gardi, Erika, Eri y no sé cual de todos es tu verdadero nombre — preguntó señalando a la castaña con la barbilla la cual estaba sentada en una mesa.
—Ay, no sé, según la retrasada que está redactando esto me llamo Erika Gardienne de las montañas —lo último lo canturreó.
—Ya volví, perdón por el retraso —interrumpió el humano con botellas de vino en los brazos. En algún momento que me da paja especificar, él vio que no quedaban botellas así que fue a por más en la cocina.
—Tranquilo, naciste así —lo confortó la peliblanca.
—Jajaja, nice —rió la ojilila.
—¡Chicos, es mejor que se vayan, están muy borrachos y no quiero vasos rotos! —exclamó Karuto desde la cocina.
—Oh, raios. jpg —lamentó Matheiu.
—CAIESE VIEJO LESBIANO —le gritó Erika la cual se arrepintió al instante y ahí fue cuando el sátiro salió con un sartén en cada mano.
—¡O salen de mi cantina o hago que salgan! —amenazó apuntándolos con una sartén.
—¡Retiradaaaaa! —exclamaron los tres juntos para luego salir como si acabaran de ver al mismo Karuto en tanga.
Desde esa noche ninguno de ellos volvió a beber ahí.
