Oscuro, maligno, orgulloso, alto temperamento, autoestima por los cielos, ego mezquino, egocéntrico e increíblemente guapo. Criado para matar, ascendencia magnífica y una venganza que cumplir.
Sonrisa angelical pero mirada maligna es Aaron Haynes, t...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El olor a azufre regresa, el ambiente es caluroso y sigue siendo el mismo camino que me ha llevado mi mente o tal vez sueño por tantos años. ¿Qué es aquí?
—para entrar necesitas haber experimentado un dolor muy intenso— me sobresalto porque jamás había hablado con alguien cuando tengo este sueño. Puedo ver que antes de llegar a la puerta principal hay otra un poco más pequeña pero con palabras arriba de esta.
"Aquí yace la reencarnación del valiente"
—¿quien eres?— pregunto tímida hacia la puerta secundaria, el aire es muy espeso y hace mucho calor
—he tenido muchos nombres a lo largo de toda la historia— puedo escuchar que se ríe
—¿eres bueno?— pregunto, el calor es asfixiante
—no sé si lo soy pero no debería estar aquí— suspira— si quieres entrar con mi padre... solo los que han experimentado el más profundo dolor pueden abrir sus puertas o mejor dicho, su celda
Si Aaron también puede venir aquí ¿por qué no pudo entrar?
—el otro chico ha sufrido bastante pero no ha tenido un dolor tan fuerte— comenta el que parece ser un hombre
—Aaron es quien más a sufrido— comento
—ciegamente pero no— responde— ojalá pudiera estar con el— frunzo el ceño
—¿es un sueño?— pregunto bastante curiosa pero ansiosa
—mi padre puede proyectar no físicamente a cualquier persona— explica— pero en estos momentos sus poderes son débiles y solo ha podido contactar con dos mentes sumamente poderosas... la tuya y la del chico
—¿qué es lo que quieren?— pregunto— me has hecho venir a este lugar por años
—que nos ayudes, sácanos— comienza a dolerme la cabeza
—¿cómo sé que no son malos?— pregunto tocando la puerta que nos separa al hombre y a mi
—necesito que lo hagas porque solo así puedo revelar la verdad y enfrentarla
—¿a quien?— pregunto
—a Lilith— responde, trago duro
—¿cómo puedo sacarte?— indago
—cuando abras la puerta recibirás la marca del infierno
—¿por qué haría esto por ti?— algo dentro de mi dice que confíe
—ten fé— suspira
—cuando recibas la marca del infierno el dolor será atroz pero tendrás una ventaja... podrás entrar al infierno cuando quieras y sacar a mi padre— comenta
—¿y por qué he de sacarlo yo?— pregunto mientras comienzo a abrir lentamente la puerta. Mis manos se aferran por los nervios... ¿por qué confió ciegamente en el?
—porque tú fuiste creada por el infierno y puedes controlarlo.
El dolor en todo su esplendor cae en mi y puedo sentir que grito.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿por qué?— pregunta Scott mirándome directamente a los ojos. Mi respiración sigue agitada por controlar a Less pero se ha quedado quieta, tiene temperatura pero ya no grita.
—cuando nací esa fue la primera maldición que tuve... lo que tú ahora ya sabes— respondo sentándome poco a poco— me crió para odiar a todos... mató a mi conejo solo porque mi padre dijo... aprendí a odiar a los que ella odia
—¿tienes que hacerlo?— pregunta Scott me es raro verlo tan... ¿asustado?
—es mi destino
—el destino siempre se puede cambiar— responde
—si lo cambio, yo muero— suspiro
—conozco a mi hija como mi palma de la mano— me mira— y te odiará
—lo sé— mis tatuajes queman
—hola... quise ayudar un poco— interrumpe la señora que me cayó muy bien. ¿Star?— la oftalmóloga llegó— anuncia ella entrecierra los ojos y sonríe— ¡qué lindo tatuaje!— ella se abre camino y cuando pienso que me lo dirá a mi alza el brazo derecho de Less.
Less tiene un tatuaje color negro puro pero está recién hecho porque las orillas siguen rojas... un momento. Están quemadas.
Es un pentagrama.
Pero también lo que puedo ver es que Star también tiene la marca del corazón.
Scott en cambio me toca del brazo y preocupándose por su hija.... parece rogarme.
—no puedes cambiar el destino pero si alterarlo... te tengo un trato.