🥀 8 | Circus |

827 139 54
                                    

Y el bucle comenzó de nuevo.

Jaehyun, por primera vez, fue consciente del calor que hacía en la discoteca. Era casi un alivio el pasar el pañuelo por su frente para secar su sudor sin tener aquella horrible herida que se había hecho el día anterior. Todavía sentía su piel abierta.

Doyoung se sentó en el asiento frente a él y suspiró un poco agotado.

El desgaste físico era nulo ya que el tiempo volvía a correr como si nada y sus cuerpos estaban dispuestos, pero el desgaste mental que estaban sintiendo a ese punto ya era excesivo.

Y era hasta ahora el octavo día.

Tenían que durar 10 días más así mínimo para poder ganarle la apuesta a Ten.

—Deberíamos mandar todo a la mierda por hoy, tomarnos un descanso —sugirió desperezándose y el mayor se recostó contra su propia mano sonriendo levemente volteándose a mirarlo.

—Estoy de acuerdo. —Doyoung bostezó observando su reloj.

Jaehyun pidió un trago y el bartender se lo entregó con duda, mirándolo raro.

—Oh, alguien más está teniendo un déjà vu —comentó sonriendo aunque el hombre ya no alcanzó a escucharlo, pero Doyoung sí quien se quedó viendo al bartender que de vez en cuando se giraba a mirarlos bastante extrañado.

—Era imposible que no lo tuviera. Ya estamos en el día 8... Propongo que desactivemos estas cosas y nos vayamos a comer un helado y robar ancianitas.

Jaehyun rió ante aquella ocurrencia.

—Ese plan suena terriblemente tentador. Cuando quieres puedes ser divertido, cariño. Te ves mejor así siendo un bromista de cuarta a esa expresión de seriedad que imparte terror cada vez que se te mira. Solo te van a salir arrugas si sigues frunciendo el ceño.

—Me gusta imponer respeto, Jung —Doyoung se inclinó de espaldas contra la barra mientras mandaba su cabeza hacia atrás para estirar su cuello—. Es algo que deberías hacer cuando trabajas como sicario ¿sabes? No intentando ser un tipo agradable como tú... Por más de que seas alguien bastante apuesto y la gente te confunda con un modelo.

Jaehyun arrastró sus ojos del cuello expuesto de Doyoung que estaba siendo bañado por las cálidas luces del bar. En cambio, tomó de su bebida bastante jovial.

—¿La gente me confunde con un modelo? Es decir, sé que soy caliente, pero no tanto como para aparecer en televisión. —Dijo honestamente mirando su reflejo en el vaso de vidrio.

—No seas modesto, Jung. Estoy seguro que alguno de esos idiotas que envían las agencias de entretenimiento para que consigan chicos guapos por la calle, te debió haber abordado alguna vez —Doyoung se volteó a mirarlo abruptamente—. Perfectamente podías ser un actor. No solo eres caliente, sino que también irradias un aura de seguridad y tranquilidad...

Jaehyun sintió que comenzaba a hacer más calor del normal, sobre todo en sus orejas que debían estar colocándose rojas ante el cumplido.

—No, nunca me pasó. Esas personas definitivamente no van a dónde yo vivía. ¿Por qué repentinamente me estás diciendo eso?

Doyoung rió porque, aunque las luces del bar eran fuertes, pudo notar que Jaehyun estaba sonrojado.

—Porque es verdad, Jung. Yo no debería ser tu alma gemela.

—¿Qué? ¿Por qué? ¿Eso qué tiene que ver?

—Mientras vamos al otro lugar te lo cuento —Doyoung se levantó y Jaehyun asintió comenzando a seguirlo ya reconociendo algunos rostros que danzaban en la pista de baile.

El imperfecto azul [ JaeDo ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora