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Cuando Doyoung volvió a abrir los ojos, estaba de nuevo frente a Jaehyun. La misma canción de Doja Cat sonaba estruendosamente e incluso casi podía jurar que ya se estaba aprendiendo la melodía.
Mirando cuidadosamente a Jaehyun, casi como si pidiera su consentimiento no hablado, bajó la pistola y la guardó en su pantalón al mismo tiempo que lo hacía el castaño.

—¿Lograste resolver "tus asuntos", cariño? —Le preguntó el castaño cuidadosamente.

—No, pero estoy 100% seguro que de verdad no voy a salir vivo de esto si no te asesino y dudo que a ti te dejen ir en paz si tampoco haces lo que te dicen. Así logremos salir de esto, alguno de lo dos va a morir. —Aseguró deprimido sentándose en la silla frente a la barra pidiendo la bebida alcohólica más fuerte que tuviera el bar.

—¿A qué te refieres? —Jaehyun se giró a su dirección ordenando un whisky con mucho hielo.

—Ayer... O hoy... ¡Cómo sea! Tú me dijiste que estamos obligados a cooperar. Y si es así, tenemos que inventarnos un plan para que cuando todo esto termine podamos escaparn-

—Voy a tener que interrumpirte ahí, cariño —Jaehyun dejó fuertemente el vaso del whisky sobre la barra mientras se limpiaba los labios—. ¿No te dije que te iba a asesinar? No entiendo por qué vamos a tener que escapar si tú estarás en un cajón enterrado en el suelo mientras yo me voy de viaje a París en un asiento de primera clase comiendo caviar y viendo una película de mierda como Duro de matar o algo así.

Doyoung lo miró con el ceño fruncido como si soltara un olor fetido.

—Jung —lo llamó con la voz cansada planteándose frente a él—. ¿En realidad no has amado jamás a nadie? ¿Nunca?

—Esa pregunta es terriblemente patética. —Respondió de vuelta meciendo el hielo en su vaso.

El mayor suspiró cansado golpeando su frente contra la barra intentando calmarse.

—No puedo creer que en serio tú seas mi alma gemela, de todas las malditas personas que existen —soltó en un gruñido—. Es que eres un completo imbécil.

—Hey, ten cuidado con cómo me hablas —Jaehyun se acercó amenazadoramente—. Te recuerdo que yo estoy igual o mejor de preparado que tú y no he tenido la oportunidad de asesinarte todavía, cariño.

Doyoung soltó un suspiro lleno de fastidio.

—Entonces hazlo, Jung —se levantó abriendo sus brazos para dejar libre su pecho—. Adelante, pero te recuerdo que tú fuiste el que me dijo que era inútil y que entre ambos teníamos que colaborar para salir del bucle. ¡Tú lo dijiste!

Jaehyun tuvo que tragar fuerte comenzando a sentir que su respiración se agitaba. Esta era una oportunidad que deseó tener desde siempre. A Kim Doyoung totalmente desprotegido y dispuesto a ser asesinado por él.

Pero sabía perfectamente que ahora no servía de una mierda. Agh.

—Bien... ¡Está bien! Si en serio eres tan iluso como para creer en las tonterías de que "el amor nos cambia" y que no nos vamos a asesinar por el otro, entonces intentémoslo. Después de todo, al parecer eres el único que tiene un plan.

Doyoung asintió muy lentamente bajando sus brazos.

—Voy a confiar en ti, Jung. Sé que no puedo ni debo hacerlo, pero lo haré de todas formas porque aparentemente eres mi alma gemela. Sin embargo, necesitamos un lugar privado —Doyoung señaló los relojes que ambos tenían—. Donde nadie nos pueda escuchar.

Jaehyun miró los relojes apresados en las muñecas entendiendo y entonces hizo un movimiento con su cabeza para que Doyoung lo siguiera fuera del bar teniendo en su cabeza a una persona que tal vez los podía ayudar.

El imperfecto azul [ JaeDo ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora