Cap dedicado a jaetiny por su cumple n.n
Anonadado.
No existía otra palabra en el mundo para describir cómo se sentía Jaehyun mientras empujaba dentro de Doyoung golpeando su espalda contra la pared.
Las piernas de Doyoung le rodeaban y Jaehyun apretaba sus suaves muslos mientras se enterraba en él de una forma casi bestial, como si sintiera que no iba a poder seguir viviendo si no alcanzaba el tan anhelado orgasmo.
Doyoung gemía dulcemente curvando su espalda y Jaehyun aprovechó para saborear la deliciosa piel de su cuello incluso haciendo marcas dolorosas que hacían jadear a Doyoung.
—Jae... Jae... Creo que... No sé si... Dios, tan bueno... ¡Ah! —exclamó fuerte ante una estocada directa en su punto sensible.
—¿Ni siquiera puedes hablar de forma coherente? Oh, Cariño, tan obediente y ansioso por mí, por mi pene —Jaehyun tomó su pene y lo refregó para ayudar a que Doyoung llegara al climax que tanto necesitaba.
Jaehyun aumentó el ritmo de las estocadas y Doyoung rodó los ojos sintiendo que ya no quedaba nada más en su cerebro. El orgasmo llegó a ambos de una forma desastrosa ensuciando todo, pero eso no importó cuando cayeron totalmente agotados frente a la chimenea que Jaehyun había encendido hacía unas horas.
Ahora solo estaba una pequeña llama y lo demás eran cenizas. Los dos se quedaron mirando aquel pedazo de luz mientras intentaban recuperar el ritmo normal de sus respiraciones.
—Sé que esto va a subir tu estúpido ego —murmuró Doyoung con unas cuantas gotas de sudor en su frente—, pero jamás lo había hecho tantas veces en una maldita noche. ¿Acaso tienes la resistencia de un caballo? No pareces siquiera un poco cansado.
Jaehyun sonrió girándose a mirarlo.
Y definitivamente no estaba preparado para la vista que le esperaba.
El cuerpo de Doyoung se movía al compás de su ahogada respiración, él tenía los ojos cerrados y los labios maltratados levemente abiertos. Su cabello oscuro se pegaba a su frente y el sudor que recorría todo su cuerpo lo hacía ver más que perfecto, además que las marcas que había dejado sobre aquella sensible piel, deslumbraban. Su pene estaba volviendo a cobrar vida de nuevo y aquello no era bueno, o tal vez un poco sí, pero Doyoung parecía tan agotado que estaba seguro que si tenían una nueva ronda, él se iba desmayar.
—Pues hago ejercicio todos los días —Respondió en cambio pasando su dedo por la frente de Doyoung para despejar su cabello.
—Sí, lo que sea. He estado con muchas personas que hacen más ejercicio que tú y no son capaces de durar ni dos minutos —murmuró Doyoung adormilado.
Algo en la respiración de Jaehyun cambió.
—¿Qué dijiste? —él puso posesivamente su mano sobre el cuello de Doyoung quien abrió sus ojos conectando su mirada.
—¿Estás sordo? Te dije que he estado con muchas personas-
Jaehyun apretó levemente y Doyoung jadeó ante su mirada oscura, aunque después sonrió de medio lado.
—Oh, ¿realmente te jode que haya estado con más personas? —lo provocó.
—Tú eres mío —Jaehyun declaró apretando más su cuello y Doyoung soltó un suave gemido.
Lo estaba disfrutando.
—Tus labios son solo míos —Jaehyun los besó profanando aquella boca con su lengua—. Tu cara es solo mía —repartió besos por sus mejillas y frente teniendo mucho cuidado con el ojo del parche—. Tus manos también lo son —tomó sus manos delgadas y blancas y besó cada uno de sus dedos— tu pecho, tu abdomen, tu cintura —Jaehyun besó cada cosa sin desconectar sus ojos de los de Doyoung quien estaba hipnotizado—. Tus caderas, tu pene también es mío —Jaehyun besó la cabeza y Doyoung ahogó un gemido—. Tus muslos que me llevan al cielo, cariño. Tus rodillas, tus pies. Todo tú eres mío.
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El imperfecto azul [ JaeDo ]
Fiksi PenggemarEs un juego cómico y cruel de la vida. En un mundo donde, cuando conoces a tu alma gemela, el tiempo se detiene por un instante y luego se siguen reviviendo las mismas 24 horas hasta que ambos se enamoren, Jung Jaehyun y Kim Doyoung se han encontrad...