¿Porque le trataban diferente a los demás omegas?
¿Porque se sentía tan sensible todo el tiempo?
¿Porque era tan extraño?
¿Porque no le dejaban estar cerca de los demás?
¿Porque era un omega particular?
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Los chasquidos de besos se escuchaban en toda la recámara, Mirio encima de el menor con las piernas de este apretando su cadera. Solo estaban en ropa interior.
-Aguarda....Tama-
El alfa se separó un segundo y trató de no mirar el cuerpo del chico en celo, no podía perder la razón en ningún momento.
-Dame dos segundos, si cariño?-
Tamaki solo asintio y dejo de sentir el calor de su novio encima suyo, de repente de acordaba que la ventana de la sala de televisión estaba abierta.
Mirio caminó hasta la recámara de los padres de Tamaki; tenía que haber condones por ahí en algún lado. Abrió los cajones de las mesas de luz, había; la caja de los lentes de lectura ee el alfa mayor, un collar de Kuma, las cajas de terciopelo de sus anillos de compromiso y una cajita de color negro de cartón. Decidió abrirla, sabía que sentiría el remordimiento de haber escuclado en las pertenencias de sus suegros después, pero ahora eso no era importante. Dentro de la caja había un par de puros, unos billetes viejos que ya estaban devaluados y por utlimo un par de condones.
-Si!-
Los tomó y leyó la fecha de caducidad.
Vencían en unos meses.
Los tomó en su mano y dejó todo en su lugar para salir de ahí rápidamente y volver a la recamara.
Tamaki estaba ahí, ya sin ropa que tapara su cuerpo, sonrojado de el rostro y con la piel brillosa por el sudor. No podía pensar en una escena más bella.
Se acercó a el menor para besar su rostro cortamente.
-Mirio...- -Aquí estoy Tamaki-
El peli azul no dudo ni un segundo en tomarle del cuello y besarlo, lamiendo sus labios y acariciando su lengua.
"No puedes perder el control"
Repetía el subconsciente de Mirio una y otra vez. Esto iba a ser difícil y nuevo, no podía perder el control, de otra forma lastimarla a Tamaki.
Tomo le cintura del menor y empezó a acariciar la pálida piel que se mostraba ante el; era tan suave. Tamaki se quedó sin fuerza en sus brazos y soltó su cuello para dejar sus manos encima de su cabeza, dejándose a la merced de Mirio.
-Te amo-
Tamaki salió de su trance un segundo, sintiéndose completamente consiente.
-Yo a ti-
Se sentía mareado y acalorado, pero sabía lo que estaba pasando, estaba consiente de lo que sucedía y por más que su gamma tuviera el control su cabeza estaba clara.
