[Dos días después]
Ava se encontraba desayunando cuando, de pronto, sintió cómo alguien tapaba sus ojos. Entonces, sus labios se fruncieron en una amplia sonrisa, sabiendo a la perfección de quién se trataba. Iván, su hermano mayor, solía tener esa costumbre, al menos en cada oportunidad que se le presentaba.
— ¿Cómo está la cosita más linda del mundo? —inquirió, un tanto burlesco— ¿Ha dormido bien el bebé de la casa?
— No lo sé —respondió ella, imitando su tono de voz— ¿Has dormido bien, bebito? ¿O el monstruo de las pesadillas te ha hecho llorar?
Iván sonrió mientras su corazón se hallaba regocijándose en el más puro y agradable orgullo de machito alfa. Sí que había educado bien a esa mocosa.
— Me ha hecho llorar mucho, sí —contestó él, liberando sus ojos— Así que cuando lo encuentres, más te vale vengar a tu hermano favorito, ¿entendido? —demandó mientras tomaba asiento a su lado— ¿Y bien? ¿Qué haces aquí todavía? —interrogó— ¿No se suponía que ayudarías a Gabriel con no sé qué?
Ava emitió un fuerte suspiro.
Porque sí, la tortura no había hecho más que comenzar.— Iba a ayudar a Gabriel y a sus padres en la cafetería —corrigió con tono aburrido, en un intento de encubrir su evidente molestia— Pero aquí estoy —prosiguió con fingido entusiasmo— Ahora soy toda tuya.
— Mejor no —se apresuró a decir él— Que la Diosa me libre de pasar todo el día junto a ti —agregó con excesivo dramatismo— Sería una terrible tortura. Además, tu aroma me resulta muy desagradable hoy —prosiguió— Mi nariz está a punto de sangrar.
Ava emitió un bajo gruñidito, no sin antes proporcionarle un coscorrón al muy desvergonzado y bocazas alfa que tenía por hermano.
La omega odiaba con todo su ser que mencionaran algo, por muy mínimo que fuera, sobre su aroma, sin importar si ese día fuera más o menos agradable para cualquier otro lobo.
Nunca debían decir nada al respecto, si no querían hacerla enfadar. Todo el mundo lo sabía, pero a Iván parecía importarle más bien poco, pues él nunca se cortaba cuando deseaba hacerle saber el momento en el que su aroma comenzaba a tornarse desagradable.
— El tuyo no es que se quede atrás, Iván —respondió, irritada— Pero a diferencia del mío, el tuyo siempre es desagradable.
El alfa, lejos de molestarse, estalló en ruidosas carcajadas.
— Está bien. Está bien —se rindió— Nos estamos desviando del tema, cosita linda —prosiguió— ¿Por qué sigues aquí? —interrogó una vez más— Ha debido pasar algo muy grave para que no estés siendo la sombra de Gabriel, y ese olor tan desagradable me lo confirma.
La omega le regaló una mirada cargada de suma advertencia mientras sus manos se tornaban en puños, y sus afilados colmillos caninos comenzaban a hacer acto de presencia, sobrepasando ligeramente su labio inferior.
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Amor de omega ©
Werewolf«Amor de omega» marca el comienzo de una historia protagonizada por Ava y Gabriel [omega y omega]. La época favorita de los hombres lobo se acerca, y con ella el fenómeno que da nombre a su manada; «Luna Rosa». Su llegada es sinónimo de alegría, po...