𝑷𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓𝒂 𝒏𝒐𝒄𝒉𝒆 𝒅𝒆 𝒄𝒐𝒓𝒕𝒆𝒋𝒐
𝑪𝒆𝒓𝒆𝒎𝒐𝒏𝒊𝒂 𝒅𝒆 𝒊𝒏𝒊𝒄𝒊𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏Ava recordó el día que conoció a Gabriel. Ese mismo en que cayó rendida ante sus encantos, y en el que casi lo confunde con un bonito ángel.
Ahora, mirándolo con más detenimiento, sabía que era cierto.
Su omega era un tímido ángel de mejillas sonrosadas y respiración agitada que acababa de anunciar por todo lo alto lo que había acontecido entre ambos, pensando que la disputa los distraería lo suficiente como para pasar desapercibidos. Pero no fue así.— Deberíamos no asistir a la ceremonia —dijo en un murmullo, completamente abochornado— Tal vez deberíamos hacer nuestra propia ceremonia aquí. ¿Qué te parece?
Ava rió.
— En cuanto hubiéramos bajado, habrían reconocido tu aroma —respondió, jovial— ¿Qué más da?
— ¿Cómo me preguntas eso? —inquirió, ligeramente indignado— ¡Me han escuchado, Ava! ¡Todos, incluido el Alfa! —refunfuñó— ¿Sabes qué? Me quedo aquí. Ve tú sola y profesa mi amor a la Diosa por mí, por favor.
La omega rió aún más fuerte.
— ¡Effie, deja de reírte!
— ¡Vale, vale!
Gabriel sonrió, satisfecho.
— Bien.
— Bien —lo imitó— ¿Y ahora qué?
La sonrisa del omega se amplió.
— Ahora tendré que enfrentarme a tu familia..., a tus hermanos..., porque te quiero y no puedo dejarte sola en la ceremonia —Ava sonrió también— Pero si alguien hace algún comentario al respecto, le pegaré un puñetazo.
Ava rió.
— Bien.
— Bien —repitió, satisfecho.
Compartieron un último beso cargado de la más bella complicidad y se dispusieron a terminar los últimos arreglos, pues la hora había llegado.
— Te quiero, Effie.
— Te quiero, omega.
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Amor de omega ©
Hombres Lobo«Amor de omega» marca el comienzo de una historia protagonizada por Ava y Gabriel [omega y omega]. La época favorita de los hombres lobo se acerca, y con ella el fenómeno que da nombre a su manada; «Luna Rosa». Su llegada es sinónimo de alegría, po...