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Gabriel no pudo evitar estallar en ruidosas carcajadas al observar la reacción de su omega

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Gabriel no pudo evitar estallar en ruidosas carcajadas al observar la reacción de su omega. Sabía que era un proceso difícil, y que no cualquier omega hubiera dado su brazo a tocer tan rápido, pero él comprendió que su nido no estaría por encima de su omega; no cuando ambos estaban haciendo todo lo posible para que su relación funcionara. Si para ello debía luchar contra su instinto, lo haría.

— Ven aquí —canturreó Ava mientras se abalanzaba sobre él para comenzar a hacerle cosquillas— ¡No vuelvas a meterte con mis gustos o te las verás conmigo, omega!

Gabriel rió aún más, mientras intentaba escapar de forma desesperada.

— ¡Detente, Ava! —chilló— ¡Estamos destrozando el nido, boba!

Aquella declaración pareció surtir efecto, porque la omega se detuvo.
Sus miradas conectaron y ambos sonrieron, como dos enamorados.

— Si vuelves a usar las cosquillas en mi contra, te retiraré la invitación al nido —la amenazó, risueño— Y si lo hago, probablemente me replantearé si será una buena opción ofrecerte una nueva invitación, así que no me tientes, Ava —añadió— No quieres eso, ¿verdad? ¿No prefieres dormir en mi nido en vez de en tu cama..., mmm..., sola?

La omega sonrió, complacida.

— ¿Estás retándome, omega? —inquirió, fingiendo seriedad.

— Sí.

Ava emitió un pequeño gruñido juguetón. No necesitó aplicar mucha fuerza para sacar a Gabriel fuera del nido, dejándolo tan atónito por lo que acababa de hacer que fue su turno de reír a carcajadas debido a su expresión. Parecía un cachorrito que acababa de abandonar el nido de su madre por primera vez.

— ¡Ava! —gritó, ofendidísimo.

La omega rió aún más fuerte, ya que Gabriel en su faceta de enfadado siempre le había parecido demasiado tierno. Jamás lo podría ver cómo alguien feroz.

— ¡Effie, deja de reírte de mí! —gritó el omega una vez más— Eres cruel.

Effie era el nombre que Lilian escogió para ella cuando supo que sería la hermana mayor de otra cachorra. Durante los meses de gestación no se despegaba de su madre y llamaba así a su vientre mientras fingía hablar con su pequeña hermana. Sin embargo, elegir el nombre la de omega fue tan codiciado entre los hermanos que éste tuvo que ser sometido a un proceso de votación.

Ava fue el nombre que finalmente salió escrito en el papel ganador y Adriana no pudo evitar sentirse orgullosa de haber escogido el nombre de su pequeña hermanita.

Lilian aceptó haber perdido como la buena alfa que era. Sin embargo, en algunas ocasiones solía llamarla Effie, sobre todo cuando estaba enfadada con ella, motivo por el que Ava odiaba ser llamada de esa forma. ¿Y quién podía culparla? Se había convertido en una respuesta condicionada.

Amor de omega ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora