"Between Good and Evil, Crossing the Line". (TharnType: The Series)

Capítulo 8

Era comienzo de la semana y habían anunciado una tormenta que azotaría la ciudad con lluvias torrenciales, rayos y truenos. Gulf estaba parado en la salida de la secundaria esperando que amainara un poco, su cabello lo había arreglado esa semana, además de llevar sus zapatillas nuevas, la verdad no quería parecer un gato mojado al llegar a la parada del autobús.

- ¿Cuánto tiempos estarás allí parado Gulf Kanawut...? - El chico se giró y miro al hombre de ojos afilados y mueca seria.

-Hasta que pare... Profesor Suppasit, son mis "converse nuevas", odiaría que se mancharan...- Suppasit se permitió mirarlo de la cabeza a los pies, era cierto lo que decían sus alumnas, Gulf Kanawut era el demonio... hecho belleza. Pero eso a él no le interesaba.

- ¿Vas a casa?

- ¡Claro! Esta maldita lluvia no me dejara ver a los chicos.

- ¡Esa boca tuya! Te meterá en problemas... pero no estamos en horario de clases, así que no puedo darte horas de trabajo comunitario por tu lenguaje soez...- Gulf puso los ojos en blancos, acaso este hombre nunca dejaba de impartir reglas y lecciones.

Un taxi se paró delante de ellos y Suppasit camino hacia la puerta, se detuvo giro y miro al chico.

-Vamos al mismo lugar... ven...- El hombre nunca sería un algodón de dulce pensó Gulf, pero al menos tenía algo de humanidad corrió hacia el taxi y subió a su lado.

El automóvil olía a desodorante de fresas y a lluvia, a Gulf le gustaba el olor dulzón de las frutas, pero las fresas lo volvían loco.

-Profesor Suppasit...- El hombre se giró para mirarle a los ojos y Gulf se quedó un poco paralizado cuando Suppasit lo miro mientras quitaba las gotas de lluvia del cabello, tenía marcas de haber llevado pendientes alguna vez, y más de uno exactamente tres, dos en el lóbulo y uno más arriba.

- ¿Si...? Porque te has quedado mudo Gulf Kanawut...- Una sonrisa se asomó en la boca del Gulf, otra cosa que había descubierto de el "dragón", si usaba piercing... quizás tenía algún tatuaje escondido por allí. Gulf miro todas las partes que su traje dejaba piel al descubierto, pero era imposible, ese hombre mostraba menos piel que una matrona rusa.

- ¡Gulf! Despierta...- Gulf la miro y recordó que le había hablado, pero se le había olvidado para que era.

- ¡Oh! Perdón, olvide lo que le iba decir...- Gulf se puso muy derecho.

-Dilo, ya hablaste... además que conozco esa expresión tuya...- Por primera vez Gulf vio en Suppasit, un dejo preocupación por él.

Gulf miro hacia afuera y la lluvia caía en chorros por la ventana para deslizarse más allá, este era el momento de hacer una pregunta más personal.

- ¿Siempre ha sido así de... m... estirado profesor Suppasit?

Sintió a Suppasit moverse en su lugar y girar la cara hacia la ventana, la voz sonó extraña como si su pregunta viajara a un lugar lejano... un lugar que solo él conocía, esta era la segunda vez que le veía con esa mirada vaga y descolocada por una de sus preguntas.

-La única vez que deje de ser así de "estirado" no fue una muy buena idea...- Y eso fue todo lo que dijo, hasta llegar al complejo de departamentos.

Mew le indico que bajara y se adelantara porque hoy tenían clases, además se ser viernes, les tocaba revisar las tareas de matemáticas y alguna guía de ejercicios. Mew lo miro desde abajo cuando pagaba el taxi.

Suppasit lo miro, sin mover un musculo, que le sucedía hoy, estaba más molesto que otros días, seguro eran las extrañas preguntas de Gulf, le hacía recordar otro tiempo, otro estudiante y ese "antiguo y dulce Profesor Suppasit".

- ¡Vamos...! No te quedes parado allí, cojeras un resfrió...- Gulf subió con él mientras las delgadas y fuertes manos de Suppasit quitaban las gotitas de agua del cabello.

En un extraño impulso que no era de ir por la vida habiendo "buenas obras" le alcanzo un paquete de pañuelos desechables, El hombre los recibió y una extraña sonrisa se asomó, el paquete estaba lleno de flores y olía a rosas.

- ¡Es que solo quedaban los de mamá! - Gulf se sonrojo de manera muy cándida otra cosa que no solía hacer, pero él, le provocaba sentimientos en toda la gama de colores como si fuera un arcoíris.

-Gracias Gulf...- Por primera vez El hombre dijo su nombre con suavidad, sin ese tono mandón o déspota que a veces usaba con él.