"¿Quién quiere jugar a acabar con los malos?"

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(Hay un Capítulo antes de éste, titulado "control". Así que léase bien la doble actualización)

-Capitulo 14-
*29 de Abril de 1998*

(Léase con alguna canción de rock en la mente, para una experiencia más emocionante :D)

Había mucho silencio en la habitación, salvo por los pequeños murmullos que Alex me daba en aliento.

Las tres personas frente a mí estaban en posición de ataque, mientras yo recargaba mi peso en la pierna izquierda y suspiraba con aburrimiento.

—¿No van a atacar, o qué? —Apremie con impaciencia a Chase, Garrett y Deivid—. Que comience el show —susurré, cuando vi a Chase acercarse a mí.

Me intentó golpear, dando puñetazos a la izquierda y derecha tres veces, altercando los brazos según yo los esquivaba. Los gritos y aplausos de nuestros demás compañeros empezaron a hacer que la adrenalina fluyera en el ambiente, acelerando mi pulso.

Chase Intentó patearme, pero me incline hacía atrás, hasta que mi columna estuviera doblada, me enderece un poco tomando muy rápido su pierna, justo a tiempo para impulsarme y empujarla hacía Garrett, quién venía hacía mí por detrás.

—Esfuércense muchachos, me lo están haciendo tan fácil —Me burlé, observando su mirada de irritación, mientras se ponían de pie.

Los tres se quedaron en una especie de círculo, rodeándome y seguro pensando estrategias para vencerme.

Como si eso hubiese sido posible.

Deivid se acercó a mí y me atacó con una ola de golpes y ganchos derechos, cada uno lo esquive y devolví. Sentí que alguien se dirigía hacia mí, y gruñí al tiempo que daba un codazo y patada hacía tras, para escuchar el jadeo de Chase. Garrett intento golpearme de nuevo, pero me agaché y tome su pierna en el proceso, jalándola hacía el frente para   derribarlo. Giré y quedé encima de él, los demás chicos gritaron mofas y sugerencias subidas de tono.

—Esto es lindo —comentó, notando que estaba sobre el a horcajadas.

Sentí mis mejillas arder pero eso no me quitó ni un poco de descaro.

—¿Quieres que se ponga más lindo? —Sonreí y Garrett nos hizo poner de pies. Aún estaban mis piernas alrededor de su cintura, cabe destacar.

Sabía muy bien lo consciente que estábamos de ello.

En los últimos años mucha química había surgido entre el dulce y molesto chico frente a mí, a pesar de que seguía sin saber de dónde lo conocía. Me hacía sentir cálida, ya sabes, la típica y cliché frase de “me hace sentir en casa”.

Mirándolo directo a los ojos, me deslice por su torso, sintiendo su tonificado y formado abdomen, una sonrisa sugerente danzando en mis labios.

—No se vale coqueteo por distracción —Escuché gritar a Deivid. Sonreí y ladee la cabeza.

Observe el largo cordón en su jogger de combate, que por suerte había logrado ver, y sacar mientras me bajaba de él, revelando solo una pequeña parte.

—¿Ya te he dicho que eres preciosa? —susurró, observándome con ese destello en los ojos que me hacía contener la respiración.

—Esa es la trampa.

—¿La qué?...

Lo callé tomando el fino cordón jalándolo hacía mí mientras lo enrollaba un poco en mi mano. La cinta blanca media más o menos dos metros, un plan se formaban en mi cabeza.

El rostro del karma [en proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora