*Capítulo 22*
*11 de Mayo de 1998*
—¡Me tienes que estar jodiendo! —chilló Lee, antes de estallar en carcajadas ruidosas, que hicieron eco por todo el comedor de mi apartamento.
—Te juro que le dije eso —replicó Alex, con risas discretas, la diversión y orgullo bañaban sus ojos—. El quería compañía, y le dije que yo también, pero prefería cenar con un perro de cuatro patas. Por lástima él era un perrito con sólo dos, así que, esa noche no iba a poder ser.
Negué con la cabeza, tomando de mi café. Le dirigí mi mirada a Garrett quién estaba sentado a mi lado y tenía su brazo izquierdo alrededor de mí. Sus ojos tenían ese brillo que sólo aparecía cuando estaba apunto de meterse con la vida de alguien y eso me hizo sonreír.
—¿Qué vas a decir? No seas tan malo, ella se siente orgullosa de haberlo rechazado de forman tan “épica” —hice comillas con mis dedos, haciéndolo rodar los ojos.
—¿Cómo sabes que quiero decir algo acerca de lo tonta que es Alex fingiendo que no quiere arrojarse encima de André? —cuestionó con indignación fingida, en el mismo tono de voz bajo que yo.
—Te conozco, Maquiavelo —Entrecerré los ojos, haciéndolo reír y darme un beso en la cien, para luego guiñarme el ojo.
Sonreí de inmediato, suspirando al sentir las vibraciones de su pecho por las carcajadas, en mi hombro, mientras me acercaba aún más a él, si era posible.
Aún no tenía claro si lo amaba exactamente como él me amaba a mi, pero de lo que estaba segura, era de que sea lo que sea que sintiera por él, era suficiente para hacer que no quisiera alejarme de él
Observé fijamente a Alex cuando Garrett se relamió los labios antes de hablar, enmascarado sus mal intencionadas palabras con una voz dulce.
—No entiendo porque insistes en rechazar a André, todos sabemos que si pudieras, te pegarías con cinta a él —le dijo terminando con un tono burlón y bobo, con su cabello de recién levantado apuntando a todas las direcciones y una rápida mirada hacía mi, antes de que risitas hicieran eco en el lugar.
—¡No empieces! —chilló Alex, rodando los ojos.
—Se había tardado demasiado en decir algo, acerca de toda la historia de Alex rechazando a André —comentó Eddie con diversión—. Ella lo sigue negando…
—Pero todos sabemos que Alex es un cubo de hielo en la playa, cuando se trata de André —le seguí, riendo al ver la indignación clara en el rostro de Alex.
—¡Traidora!
—Hipócrita —respondí a Alex con calma, controlando mis impulsos de reír.
Rápidamente se cruzó de brazos, alzando el mentón con soberbia. —No soy hipócrita.
—Lo amas y estás ansiosa por estar con él —aseguró Chase.
—Pero eres tan dramática y orgullosa, que prefieres sufrir y hacerlo sufrir, antes de abalanzarte a sus brazos — informó Lee, untando chocolate en su pan.
—¿Es en serio?
—Muy en serio, Alex. De nada por cierto, sé que es genial cuando otros admiten cosas, a las que te niegas, por ti —Lee le sonrió a Alex, antes de golpearla en el hombro, tras ver su pan con chocolate ser arrojado al suelo por mi pelinegra amiga.
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El rostro del karma [en proceso]
Acak¿Alguna vez has pensado en lo afortunado que eres de poder elegir cosas sencillas? Sí, cosas como qué ropa usar, qué comer, qué estudiar, si tener pareja o no, a qué hora dormir, etc. Para toda mujer, en el retrógrado pueblo de Trébol, poder hacer u...