Mi padre hizo una señal, hubo un pequeño movimiento y vi que se abría la puerta de uno de los coches, saliendo un hombre muy alto, bastante delgado y con un aire de superioridad que me aterro, sus ojos se clavaron en los míos, dios era todo maldad, podía sentirlo.
-Hijo, al fin te has dignado en rescatarme.
-Hola padre.
-Padre, estoy aquí.
-Eres una vergüenza para la familia, aun no te has unido a nadie para darme nietos, pero eso va arreglarse, cuando todo esto vuelva a la normalidad, encontrare mujeres para los dos.
O sea que lo de vergüenza era para Sebastián, estaba alucinando.
-No voy a unirme a nadie padre.
-Harás lo que yo diga.
-Eso déjalo para él que es quien te hace caso.
-Sois una desgracia, tenía que haberos matado...
-Darius, basta, deja de hablar así en mi presencia, tienes la libertad que querías, pero recuerda lo que has pactado, no temblare si tengo que romperla y matarte, soltadlo.
Quitaron lo que tenía sus manos atadas, Lucas tiro de mi y cada uno se fue a su lugar, mire a Sebastián que seguía siendo incapaz de verme la cara.
-Así que tú eres el famoso hijo de Rafael, te pareces a él, aunque tienes los ojos de tu querida madre.
-Darius para.
-Fue un gusto matarla, aunque antes la hice mía, recuerdo como chillaba.
¿Pretendía provocarme? Iba a matarlo pero mi padre me lo impidió.
-No entres en su juego, es lo que quiere, déjalo.
-Eres fuerte, puedo notarlo, y eso es un inconveniente para mí, pero no podría matarte así ¿Qué tal si empiezo por él?
Todo fue rápido, pero para mí fue en esas películas que vives todo a cámara lenta, vi el cuchillo, lo vi volar y vi como iba hacia Lucas, así que me puse delante de él, después de eso solo fue imágenes borrosas, voces que iban y venían, y un dolor que hizo que todo se volviera negro, la función había acabado, ¿Estaba muerto?
No sé donde estaba pero mi cuerpo me dolía, las imágenes empezaron a verse nítidas, era una habitación, pero no era mi habitación, entonces al girar mi cabeza, vi a mi hermano durmiendo, alce mi mano para acariciar su mejilla, eso lo hizo despertarse, cuando me vio, comenzó a llorar, se abrazo a mí con cuidado, y yo no sabía que pasaba, solo deje así hasta que calmo y me miro.
-Estás vivo, dios mío, estás vivo.
-¿Me puedes decir que ha pasado?
-¿No recuerdas nada?
-Solo cosas borrosas, ¿Tú estás bien?
-Gracias a ti, salvaste mi vida, te pusiste delante para que el cuchillo...
Entonces todo vino a mi mente, la daga, las voces que iban y venían, dios mío, la daga me había dado en la espalda, por eso tenía tanto dolor detrás.
-¿Donde esta papa?
-Esta resolviendo como atacar para vengarnos.
-No, llámalo, date prisa.
Salió de la cama y se fue a los pocos minutos vino junto a mi padre que al verme me abrazo con demasiado fuerza.
-Papa, duele.
-Perdona hijo, menos mal, habías perdido mucha sangre, la daga casi da en tu corazón.
-Papa, no vas vengarte.
-Hijo, casi te mata a ti y a Lucas, no puedo dejarlo pasar.
-Puedes, yo he muerto para ellos, ya no soy una amenaza.
-¿Temes que descubra que Sebastián y tú estáis enamorados?
-¿Lo sabes?
-Soy muy inteligente, además los que tienen doble sangre somos más receptores al sentir emociones el obvio que os amáis.
-Por favor, déjalo, haz creer que estoy muerto.
-¿Te quedaras aquí?
-Sí, lo haré.
-Está bien, será como quieras.
En ese momento la puerta se abrió, era un guardia.
-Señor, hay un ser oscuro en la puerta, quiere verle urgentemente, dice que se llama Karel.
Lucas me miro y yo lo mire a él, mi padre no entendía nada.
-Papa dile que venga aquí, no es peligroso, te lo prometo.
-Haz lo que dice.
-Si señor.
Se fue y a los pocos minutos vino con Karel que cuando me vio respiro aliviado, quiso acercarse pero mi padre se puso en mitad.
-Papa, no me va hacer nada, él no es su padre.
Lo dejo seguir y me abrazo, vi que miraba a Lucas, dios antes yo sentía ese amor que se procesaban, empezaba a dar cringe un poco.
-Sebastián piensa que estas muerto.
-Y así debe seguir, no puedes decirle nada, ¿entendido? Ya no soy una amenaza, y si tu padre piensa que he muerto, dejara en paz a los míos.
-Está bien, pero no he venido para eso, en realidad yo...
-Me he unido a Karel.
El silencio se iba notorio en toda la habitación, mi padre miro a Karel y luego a mi hermano que camino hacia él, y mostro su marca, mi padre no sabía que hacer.
-Papa, sé que no es correcto pero he encontrado a mi alma gemela, es el hombre que amo y no puedo estar sin él.
-¿Estas seguro de esto hijo?
-Señor, sé que piensa que no soy buena persona por tener el padre que tengo y puede que no lo fuera en el pasado, y también sé que en dos semanas no nos hemos llegado a conocer, pero amo a su hijo, quiero conocerle, quero estar con él, y hare todo lo que este en mi mano para que confíe en mí, pero no me aleje de él, no lo soportaría.
-¿Sabe lo que dirá tu padre de esto?
-Lo sé.
-¿Estarías dispuesto a venirte aquí con nosotros y renegar de tu padre? Es el único modo de poder protegerte a ti y a mi hijo, porque tu padre te matara, y no quiero que mi hijo sufra de por vida, ya que al unirse a ti, no podrá volver a enamorarse de nadie más.
-Papa, ¿lo aceptas?
-No puedo ir en contra de lo que sientes hijo, jamás te haría sufrir.
-Karel, ¿te vendrías conmigo aquí?
-Sí, claro que si.
Los dos se abrazaron y se besaron, mi padre no miro, porque aun debía canalizar todo esto.
-Bien, esto es el comienzo de una nueva historia, pero aun hay que trabajar porque los seres oscuros quieren seguir destruyendo, y necesitare ayuda.
-Para eso esta la familia, aunque dame algunos días, me han clavado una daga.
Todos nos reímos, pero yo no paraba pensar en Sebastián, y si en algún día nos volveríamos a encontrar.