Entre en el cuarto de Lucas, lo vi tecleando en el ordenador, al notar mi presencia se giro y me sonrió, bese su frente.
-¿Qué haces?
-Estaba entregando un trabajo de la universidad, ¿Y tú?
-Pues venía en busca de tu querido marido, pero no le encuentro.
-Creo que tenía una reunión con nuestro padre.
-Ya, bueno entonces te dejo.
-Hermano.
-¿Sí?
-¿Y tus pesadillas?
-Lucas, tranquilo, no pasa nada.
-Desde que te alejaste de...
-No le menciones por favor, tengo que irme, nos vemos después.
Salí de su cuarto, suspire era cierto desde que Sebastián no estaba en mi vida mis pesadillas eran constantes, y de eso hacía 4 años, 4 largos años en los cuales no había podido dormir de manera tranquila, aunque la verdad había aprendido a vivir con ello.
LUCAS
Sabía que mi hermano lo estaba pasando mal, que lloraba mientras dormía, y ya no podía soportarlo más, cogí mi móvil y marque el número que había robado del móvil de mi marido.
-¿Sí?
-Hola Sebastián.
-¿Lucas? ¿Cómo es que tienes este número?
-Tu hermano no tiene contraseña en su móvil, así que ha sido fácil.
-¿Porqué me llamas?
-Oye, sé que le hiciste daño a mi hermano, lo cual me hace odiarte pero no sé si es mejor que este separado de ti. '
Oí su silencio, sí el pensaba que estaba muerto pero no sabía como soltar la bomba y era mejor así.
-¿Está vivo?
-Sí, el te contara el resto de la historia, veras él sufre de pesadillas que lo tienen despierto, y chilla y llora, sé que es porque estáis separados, y no lo aguanto más, no quiero verlo así.
-¿Qué pretendes que haga?
-Qué le rompas el corazón.
-¿Qué?
-Que rompas el lazo que os une, es la única manera que tiene de poder seguir adelante, porque temo que se vuelva loco y haga algo malo.
-Está bien, si eso lo hace que este bien lo haré.
-Te contare mi plan.
Tenía que hacerlo era el único modo de que fuera de nuevo el mismo.
MATEO
Termine mis clases y me dirigí a casa cuando sonó mi móvil, era Lucas.
-Hermano, iba para casa.
-Oye, hemos quedado a cenar en ese restaurante que tanto te gusta, ¿Porqué no te diriges allí directamente?
Daba clases a niños sin recursos por las tardes, desde que había empezado una vida la había dedicado a lo que amaba, enseñar.
-Vale.
-Bien, nos vemos.
Me acerque a mi coche y conduje hasta el restaurante. Al llegar entre y vi a mi hermano camine hacia a él pero repente vi que no estaba solo, no podía ser.