07. El Anillo

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Después de su encuentro relámpago el evento siguió como si nada, claro que eso sólo aplicaba para los demás porque para Jennie y Lisa era imposible. Las dos estaban en una especie de shock por aquellas fuertes sensaciones las cuales trataban de controlar a toda costa, pero era realmente difícil. Ambas no dejaban de pensarse.

Lisa, que estaba demasiado cerca a Jennie y su prometido se limitaba a plasmar los momentos en el carrete de su cámara con su actitud profesional de siempre, el único detalle era que cada "click" hacia la chica de blanco era equivalente a un disparo de emociones directo a su pecho, pues el deseo de verla siempre fué constante, y ahora estaba ahí, admirandola y capturando toda su esencia. Se veía tan hermosa con aquél vestido blanco sencillo, con los ligeros toques de maquillaje que la hacían destacar aún más, sin mencionar sus accesorios que, sin llevar demasiados, la hacían brillar.

"Dios... Es aún más hermosa de cerca" —pensó.

Pero aún con eso ella mantenía una expresión neutral en un intento por no parecer tan obvia, y lo cierto es que no lo conseguía del todo, pues siempre terminaba por tirarle miradas tímidas y una que otra sonrisa a la castaña de forma automática, parecía no tener control de su propio cuerpo. En otro contexto Lisa jamás habría hecho eso en un trabajo, pero por primera vez en mucho tiempo no prestaba atención a aquello. Porque se trataba de ella, de Jennie Kim... Su chica misterio.

Jennie por otro lado trataba de poner atención a su ceremonia de todas las maneras humanas posibles, pero lo único que conseguía era desviar su mirada sin ningúna discreción a la pelinegra. Ya sabía que hacerlo le provocaba un ritmo cardíaco acelerado, pero no podía parar; de hecho, de vez en cuando se le escapaban unas cuantas sonrisas al cruzar miradas, y lo hacía aún más cuando supo que ésta también sonreía para ella.

Todo era tan extraño y agradable...

Entre tantos pensamientos el casamiento terminó y todos festejaron fuera del lugar llenando de felicitaciones a los recién casados, de manera que Jennie se entretuvo en eso. Lisa a su vez le enseñaba a Stella algunos consejos para tomar fotos perfectas, incluso dejó que manejara su cámara para tomarle algunas a los antes mencionados. Se alegró de haberse llevado bastante bien con ella y eso la distraía un poco de mente traicionera.

Minutos mas tarde, había llegado la hora de ir al lugar en donde se llevaría a cabo la fiesta y Lisa tuvo que dejar a la pequeña de los Kim con su familia para irse en su coche junto a Rosé y Tzuyu.

Le esperaba un largo día.

° ° °

—Y bien Manoban, ¿Qué se siente conocer al fin a tu "chica misterio"? —cuestionó con curiosidad la rubia mientras acomodaba el tripié.

—¡Debe sentirse de puta madre! —exclamó Tzuyu en medio de un suspiro fingido— Salvo que estás en su boda, siendo su fotógrafa, y captando cada momento de este feliz día para la posteridad.

—¡Tzuyu! —la modelo le proporcionó un fuerte codazo haciendola gemir de dolor— ¿Que no ves lo triste de la situación?

—Ya, discúlpenme... Esque debe ser una maldición que justo la chica de tus sueños esté casada y tengas que estar en su bo... ¡Auch! —fué golepada aún más fuerte logrando que se detuviera mientras acariciaba la zona afectada— ¡Bien, ya entendí!

—¿Estás bien con ésto Lis? ¿Quieres irte?

—¿Pero de qué hablan ustedes? No estoy mal por ésto... —quizá se sentía un poco mal, pero seguro se debía a algo más, no podía ser por Jennie ya que aún era atracción fotográfica lo que sentía por ella, ¿No?— Ya les dije mil veces que lo que yo siento al verla es meramente fotogénico... Así que no, no puedo irme sin terminar con mi trabajo.

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