25. Miedos Ocultos

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-Hola Jennie.

-Hola, Lisa.

Dijeron mirándose a los ojos tal y como solían hacerlo, solo que esta vez con mil sentimientos y preguntas enlazados entre sí en sus cabezas, deseando saber la manera más adecuada de entablar una conversación. Al verla ahí enfrente Lisa no pudo soportarlo más y la acercó con sus brazos en un abrazo reconfortante, el cual tomó por sorpresa a la más baja pero que igualmente correspondió cerrando los ojos fuertemente, aspirando su aroma en el acto.

-Jennie, estás bien...

-Claro que lo estoy, boba -palmeó su espalda para calmarla- Muy bien...

-Eh... ¿Hola? Yo también vine -dijo la rubia abriendo los brazos indignada.

-Si, pasa Rosé, hay cerveza en el refrigerador.

-Uh, con mucho gusto... -siguió jadeando mientras hacía a Lisa a un lado y entraba para tumbarse en el sofá, al parecer ya tenían más confianza entre sí- Hola Jisoo.

-Hola Ros, y hola Lisa -dijo para ver si lograba captar la atención de la pelinegra, pero esta estaba tan sumergida en ese abrazo que únicamente levantó una mano y la agitó sin decir nada.

-Dios, estoy tan cansada.

-¿Quieres una cerveza? -preguntó Jisoo explorando el refrigerador.

-Te lo agradecería mucho.

-Ven, pasa -ofreció Jennie una vez se les acabó la miel del amor.

-¿Quieres una también, Lisa?

-Por favor -contestó al caerse cual vaca en el sofá.

-¿Y bien?

-¿Bien qué?

-¿Qué hacen aquí a las 10 de la noche? Es peligroso ir por ahí sin coche -preguntó Jennie a ceja alzada.

-Oh, yo te diré que hacemos aquí... -levantó Rosé su mano a la vez que una migraña comenzaba a surgir en la cabeza de Lisa haciendola rodar los ojos- Jisoo nos informó sobre tu desaparición repentina y las dos nos preocupamos, pero sobre todo Lisa, quien no dejó de llamarte desde que lo supo. Jisoo después dijo haber recibido un mensaje tuyo, y apenas lo dijo se retiró del lugar sin decirnos nada al respecto, dejándonos el doble de preocupadas.

-¡Jisoo!

-¿¡Lo siento, si!?, también entré en pánico y solo fui tras de tí, ¡Es tu culpa por preocuparme tanto!

-Ahora resulta, ¿No?

-Cállate -la pelinegra cruzó los brazos mientras hacía un puchero de enojo- Continúa Ros.

-Pues bueno, nos quedamos en mi casa un par de horas. Yo traté de tranquilizarla mientras esperábamos noticias, pero al final no soportó más y me jaló del brazo para acá; fue de tal magnitud que esta idiota... -señaló a Lisa- Perdió todo sentido común y solo quiso venir aquí a como diera lugar, sin detenerse a pensar que pudimos ir en su moto.

-Tontas... -susurró Jisoo.

-Ni te atrevas a hablar Kim Jisoo, hiciste exactamente lo mismo esta tarde.

-Igual es gracioso -se encogió de hombros- Pero bueno, ya están aquí y están bien.

-Y que lo digas...

Una vez Lisa recuperó su ritmo cardíaco habitual enseguida miró a Jennie, para ser francas con un poco de temor, pues no sabía como reaccionaria desde la última vez que estuvieron juntas. La tensión estaba en el aire.

-Jennie yo... Disculpa que hayamos venido así, es solo que...

-Tranquila, no te preocupes por eso.

Hubo unos segundos de suspenso en el que ninguna de las chicas habló, pero la primera en romperlo fué Jisoo al carraspear.

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