12. Stella

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—Promete que ya no habrá mas intentos de unirlos.

—¿De qué hablas? La cita fue todo un éxito, estoy segura que conectaron bien.

La pareja se encontraba en un parque de diversiones durante una fría noche de otoño. Todos los domingos llevaban a Stella y ese día no fué la excepción. Caminaban lentamente con sus manos en los abrigos mientras observaban correr a la pequeña a unos metros adelante de ellos.

—Yo no diría eso.

—¿No los viste irse juntos? Eso es un buen inicio.

—Lo sería, de no ser porque ella es...

—¡Lisa! —de repente gritó Stella que a paso veloz se acercaba a dos personas que venían en sentido contrario a ellos, una de ellas era Lisa, quien le sonreía a lo lejos.

—¡Hola Stell! —la abrazó una vez estuvieron cerca, no se habían visto desde la boda y realmente se habían extrañado desde entonces— ¿Cómo has estado?

—¡De lo mejor! Y más ahora que te veo.

—Tambien me alegra mucho verte pequeña —cuando el abrazo terminó Lisa colocó sus manos sobre sus rodillas para estar a la altura de la menor— ¿Vienes aquí seguido?

—Si, Jen y Jackson me traen cada domingo.

—¿Qué? Jennie está...

—¡Hola Lisa! —saludó la pareja sonriente que apenas llegaba con ellas.

—Oh, hola chicos —la pelinegra recobró su postura y les respondió con otra de sus sonrisas menos genuinas pero lo suficientemente creíbles. Stella en cuanto los vió llegar se alejó para jugar con los demás niños— Stell me dijo que frecuentan éste lugar.

—Claro, a ella le encanta venir.

Después de observar lo linda que estaba Lisa desvió su mirada hacia la chica que la acompañaba, no pudo evitar sentir una pequeña punzada en su interior al notar lo cerca que estaba de ella, pero luego al mirar mejor un recuerdo fugaz asaltó su mente.

—Hey... Yo te recuerdo.

—¿Enserio?

—Sí, ¿Tú me recuerdas?

—Claro, me pareces familiar, chica miste... ¡Auch! —se quejó en dolor al sentir el fuerte pero discreto codazo por parte de la pelinegra.

—¿Perdón?

—Oh no es nada, a veces dice cosas sin sentido —dijo Lisa al borde del pánico.

—¿Sin sentido? Solo dije que era la chic... —sus palabras se cortaron nuevamente al sentir ahora una fuerte pisada, contuvo su alarido inflando sus mejillas— Ya entendí... —susurro únicamente para su amiga.

—¿Todo está bien? Las noto un poco extrañas —señaló Jackson tan confundido como su esposa.

—Por supuesto, todo está bien, solo fué un...

—¡Tic! —completó Lisa.

—¿Un tic?

—Sí, TU TIC... ¿Recuerdas?

—¡Oh si! El tic, siempre me pasa, no se preocupen —sonrió tratando de hacerlo ver genuino. La pareja seguía con el ceño fruncido pero al final lo dejaron pasar— Pero ¿En qué estábamos?

—Decías que también me recordabas.

—Cierto, entonces me presentaré como se debe —la castaña extendió su mano para estrecharla con la de su contraria— Soy Tzuyu, amiga y confidente de Lisa.

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