23. Punto de Quiebre II

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Pasaron 5 días...

5 días en los que Jennie estuvo completamente sola. Anticipó su ausencia en la empresa y tan pronto como pudo se alejó de la sociedad, más específicamente en una cabaña que pertenecía a su padre y a la cual solía ir cuando era una niña. Necesitaba interpretar lo que había vivido con su marido aquél último día que estuvieron juntos, y a su vez reflexionar sobre el tipo de relación que habían estado llevando desde que fueron amigos hasta ese momento.

Durante la gran mayoría del tiempo no hizo gran cosa, ni siquiera tuvo la fuerza ni las ganas para poder pensar. Deambulaba por toda la cabaña y sus alrededores como un zombie sin nada que la motivara, talvez por alguna especie de bloqueo mental o algo así. Sin embargo no fué sino hasta el último día que sintió, como si saliera de su interior de repente, el deseo y las ganas por querer aclarar las cosas y así salir de su hipnótica y desagradable actitud.

Cuando el sol se estaba poniendo se sentó un su sillón preferido de aquel lugar con vista a la naturaleza, suspiró con agobio y sostuvo un vaso lleno de whisky para comenzar a recordar el día que conoció a Jackson.

Ellos habían empezado siendo amigos hace 6 años, en mitad de la universidad...

Flashback

La castaña se encontraba guardando libros en su casillero mientras bostezaba. Ser un día lunes a las 8 de la mañana no era lo más alentandor que digamos, y más porque su mejor amiga no había podido asistir esa vez. Estaba totalmente aburrida.

Resopló cerrando el casillero dispuesta a irse a su siguiente clase, pero cuando iba a hacerlo un chico alto y considerablemente atractivo se cruzó en su camino tímidamente.

—Hola —dijo con sonrisa nerviosa.

—Hola —contestó igualmente con una sonrisa.

—Disculpa, estoy buscando a un chico que estudia aquí, probablemente tú lo conozcas.

—¿Y por qué creés que yo lo conozco? Esta universidad es grande —dijo alzando una ceja mientras sonreía.

—Bueno, realmente no tengo una respuesta a eso —rascó su nuca aún nervioso— Pero fuiste la primera a la que ví al entrar, así que decidí probar suerte.

—Bien, veamos si tenías razón, ¿Quién es?

El chico sacó su teléfono y le enseñó una foto de su amigo. A Jennie no le parecía tan familiar, pero sabía que lo había visto en algun rincón de aquel lugar. Trató de hacer memoria pero su cabeza no le daba, y menos un lunes a las 8 de la mañana.

—Lo siento, no reconozco a nadie así —dijo apenada.

—Oh, no hay problema. De todos modos gracias por tu tiempo.

Él le sonrió y se fué alejando de ella, en cambio ella suspiró mientras caminaba a su salón, pero de repente casi como un chispazo la imágen de un chico tímido y algo solitario llegó a su mente.

—¡Hey! ¡Espera!

—¿Sí? —el chico se giró mientras veía a la pequeña chica correr tras el. Le pareció muy tierna.

—Creo que si lo he visto, está en una de mis clases, justo la que tengo ahora.

—¿Enserio? ¿Podrías llevarme porfavor? —juntó sus manos a modo de súplica.

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