𝐈𝐈

2.3K 292 33
                                    

Renjun horneaba deliciosas galletas con chispas de chocolate, las cuales su madre le había enseñado a hacer antes de mudarse.

Quito la bandeja de el horno y espero a que estuvieran a temperatura ambiente para poder desmoldarlas y colocarlas en un plato.

Subió a la que sería su habitación, la cual en aquel momento estaba completamente vacía. Allí se encontraba un balcón al cual no tardó en salir, la noche era hermosa y el viento fresco corría por la ciudad.

Traía los ojos cerrados para poder apreciar el aire que por allí corría, cuando el sonido de una motocicleta lo desconcentro. Se encontró con su vecino bajando de esta, junto a alguien más, este se quitó el casco, mostrando su perfecto cabello azul, Jaemin rápidamente tomo entre sus manos al peli azul y le planto un beso antes de ingresar en la casa.
No quería parecer entrometido ni nada de eso, pero, el chico de cabello azul cautivo su atención por completo, incluso más cuando volteó a verlo antes de marcharse.

Bajo las escaleras con el corazón agitado, se recargó en una de las paredes sosteniendo su pecho con una mano, sacudió la cabeza intentando olvidar cualquier pensamiento y volvió a su tarea, las galletas.

Coloco las perfectas galletas sobre un bonito plato de porcelana blanco con decoraciones florales, las dejo sobre la mesa y corrió a el espejo más cercano, allí observó su apariencia de pies a cabeza. Nada mal, no quería verse como si se hubiera arreglado solo para eso.

Tomo el plato entre sus manos y salió de la casa, cruzó la calle encontrándose con el hogar de Jaemin. Tocó a la puerta con sus nudillos tres veces y espero, luego de algunos segundos el chico de cabello negro atendió. Observó a Renjun quien se encontraba frente a el vistiendo una pijama blanca, más grande de lo que debería quedarle, con el cabello despeinado y unas zapatillas amarillas.

- Hola, no sé si me recuerdas...

- ¡Renjun! - Exclamó un feliz Jaemin.

- Si, ese. Yo... prepare galletas para agradecerte por lo de hoy.

Jaemin con su encantadora sonrisa aceptó las galletas de Renjun y antes de que lograra agradecerle, el castaño se despidió para luego marcharse.

Jaemin cerro la puerta, una vez entrando entre cuatro paredes soltó una pequeña sonrisa, pero no la habitual o la que mostraba a todos, parecía desafiante, burlón y sarcástico.

𝑶𝒃𝒔𝒆𝒔𝒔𝒊𝒐𝒏 | norenmin 🍶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora