La vida de Renjun se volvió un caos luego de conocer a Jaemin y Jeno.
Renjun se muda a un nuevo vecindario para comenzar su vida como estudiante, pero tras conocer a su nuevo vecino Jaemin y el novio de este, Jeno, las cosas se vuelven incómodas e...
— Cubrire tus ojos, y tocaré una parte de tu cuerpo. Debes pensar bien donde toque, porque luego deberás besar esa parte de mi.
— Espera ¡¿Qué?!
— No es díficil, juego esto con Jeno todo el tiempo.
Allí estaba el problema, Jeno era el novio de Jaemin y ese tipo de juegos entre ellos podía ser normal, pero no en dos amigos.
— Soy hetero. — Afirmó Renjun.
— Ves, no tienes nada de que preocuparte.
Jaemin cubrió los ojos de Renjun con una tela casi de color negro, y segundos más tarde comenzó.
Tocó con su dedo índice la perfecta y marcada mandíbula de Renjun, quien más tarde se acercó para besar aquella parte en Jaemin. El chino no sabía que estaba haciendo, no estaba consciente de sus actos, pero Jaemin si, el estaba consciente de lo que hacía, sabía y entendía la gravedad y lo que podía suceder con ese juego.
Más tarde, presionó la mejilla de Renjun, quien luego beso la mejilla de Jaemin, está era suave, como un malvavisco.
Jaemin presionó la comisura del labio de su amigo con mucha confianza, pero este dudó un poco, pero acabo por seguir el juego.
Coloco su dedo sobre los labios de Renjun, quien rápidamente quitó la venda de sus ojos, encontrándose con un sonriente Jaemin, pero esa no era la sonrisa que veía en su amigo, no era lo típico en el. Lo veía con una sonrisa desafiante y tal vez algo sarcástica. Aún sin estar muy en la realidad, Renjun sabía perfectamente que aquel no era el Jaemin que conocía.
El pelinegro se abalanzó sobre Renjun, besando los pequeños labios del chino quien intentaba separarse de su amigo, acabando por ceder ante este, no tenía la fuerza necesaria para zafar de los brazos de Jaemin, quien lo sostenía con fuerza de la cintura pegándolo un poco más a él.
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— No vuelvas a hacer algo así.
— ¿No te gusto?
— Para nada.
Renjun salió de la casa de Jaemin tambaleándose con su ropa y zapatillas en brazos. Cerro la puerta de su casa derramando pequeñas lágrimas que corrían por sus mejillas cubiertas de un color rosa.
