𝐗𝐈𝐈

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¿Era verdad lo que había dicho Jaemin? Solo quería pensar que no, no le gustaba Jaemin, pero ¿Por qué seguía pensando en él?

Renjun subió las escaleras rumbo a su habitación, se recostó sobre la cama una vez que tuvo la oportunidad y acabo cayendo en un profundo sueño.

— Te dije que esto no está bien.

— Y yo te dije que no me importa.

Jaemin beso a Renjun con fuerza mientras esté intentaba despegarse, pero el contrario cada vez se apoderaba más de él. El pelinegro desabotonaba la camisa del más bajo, quien se ruborizaba cada vez que un botón se desprendía.

— Jeno puede escucharnos.

— Jeno ya no me importa. — Aseguro besando a Renjun aún más.

...

— ¡No! — Despertó agitado abriendo los ojos como perlas.

— Mierda.

Renjun casi salto de la cama, en la oscuridad de su habitación, se avergonzó por la clase de sueños que estaba teniendo, pero, ¿Por qué? Es decir ¿Por qué otra vez estaba soñando con Jaemin?

...

Despertó a la mañana siguiente, se quedó tirado en la cama observando el techo que aún debía pintar, Renjun no había arreglado la pintura de la casa desde que estaba allí.

Más tarde se ocupó de hacer lo que normalmente haría cualquier persona, cosas como ducharse, cepillar sus dientes y desayunar.

Idiota Kun -ge.
— Oye, ¿Conoces algún departamento en Corea?

Kun ya estaba escribiéndole cosas sin sentido desde temprano.

— Literalmente vives en China ¿Por qué preguntas por algo de Corea? Déjame disfrutar mi mañana tranquilo. — Respondió dejando su celular para darle un mordisco a un waffle.

— ¿Por qué crees?

El timbre de la puerta principal sonó y Renjun se dirigió a esta para atender, usualmente nadie iba a su casa y menos tan temprano.
Atendió encontrándose del otro lado a su mejor amigo, si, Kun se encontraba del otro lado de la puerta.
Lleno de emoción saludo al chico y luego lo invito a pasar, ambos se sentaron en el sofá de Renjun para conversar.

— Oye ¿Cuando llegaste?

— Hace una hora, así que deberás invitarme el desayuno, porque estoy muriendo de hambre.

— Oh, si, tengo algo.

Minutos más tarde ambos se encontraban comiendo waffles en la cocina mientras hablaban como normalmente solían hacerlo.

— Oye Renjun, sobre los departamentos ¿Si conoces alguno, no?

— ¿Hablabas en serio?

— Claro... ¡¿No conoces ninguno?!

— Creo que no, pero, mientras que buscas uno puedes quedarte aquí. Solo... no seas demasiado desastroso.

— Bien, pero no prometo nada.

Las horas pasaron rápidamente ese día, como se trataba de un fin de semana Renjun no debía estudiar, por lo cual se quedó toda la tarde viendo películas junto a Kun.

𝑶𝒃𝒔𝒆𝒔𝒔𝒊𝒐𝒏 | norenmin 🍶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora