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Mashiho.

Lo acepto, las reunión no me ha desagrado del todo. Pero aún no me siento bien sin la producción en mi apariencia. La necesidad de maquillarme es más intensa.
Delineo mínimamente mis ojos con sombra morada, que aparentaba ser negra, solo para que resaltaran.

Salgo victorioso, rumbo a mi segunda sesión. En esta ocasión iría solo y advertido, llamarían a mi madre si no me presentaba.

Al llegar, porque no queda tan lejos de mi casa y por alguna razón me movilizo bien; sonrío, solo porque le veo parado en la entrada como la primera vez. Aunque al principio no llamó del todo mi selectiva atención, nuestra última conversación fue bastante entretenida.

—Hola.

Y espero que me devuelva mi agradable saludo, pero solo asiente y ubica a un lado para que pueda pasar sin problema.

¿Esta vengandose?

Pero entonces vi sus manos, las cuales  sostenían la lista, temblar.

No me odiaba, estaba nervioso y aquello  causó que mi curiosidad acerca de él aumentara. No faltó por decir más, así que entré sin muchas ganas. Saludé a un par de chicos con los que crucé palabra anteriormente, y tomé el mismo asiento  flojemente.

Me gusta como vistes.— Una voz nueva interrumpió mi pequeña siesta mental antes de que la aburrida reunión comenzará.

Gracias.— Observé al ser que interrumpió toda mi calma; Solo para saber si podía devolverle el cumplido. Era un chico peli-rojo, con piel de porcelana que portaba un escandalosa  vestimenta, casi toda de rosado a excepción de su overol, con unos guantes negros  de cuero artificial que no cubrían sus dedos.

Vaya personaje.

Tú...Vistes mejor.

No lo digo por como estás ahora, te he visto en centros comerciales.— La calma en su voz me espantó.— Eres como todo lo que quiero ser.

Yo me consideraba una persona directa, pero este chico me superaba en todo sentido.

Oh, me alegra escuchar eso— Mi corazón latía con la fuerza de mil soles, porque hace mucho no escuchaba un cumplido. No estoy acostumbrado a ser valido para nadie, solo lo soy para mi.— Pero tú estilo también es muy bueno, y único.

Faltaba algo importante.

—¿Cómo te llamas? Lo siento, tengo mala memoria.

No te preocupes; es la primera vez que vengo— Esas palabras se resbalan de sus labios con tristeza. Él odia estar aquí tanto como yo— Doyoung, Kim Doyoung ¿Y tú?

Mashiho.

—Oh, eres Japonés.

Asiento con inseguridad. Por desgracia no estoy nada familiarizado con mi propia cultura, y a pocas penas hablo el idioma. Lo único que tengo japonés es mi nombre. Nací aquí, en Corea. Mis padres se conocieron en Australia, pero tan pronto se enteraron de mi esperada aparición en este ridículo mundo, decidieron volver al país de mi madre.

—¿Y por qué estás aquí?

La pregunta me tomó con la guardia baja, en realidad no sabía a que se refería.

¿Aquí? ¿Donde?

—En este... Grupo de ayuda.

Confiar en los extraño está mal, pero Doyoung y yo no parecemos diferir en motivos.

Muy al contrario a ti, todo el mundo odia como me veo.—Si él podía preguntar, ¿Por qué yo no?

—¿Y a ti? ¿Qué te trajo hasta acá?— Honestamente, sí me encuentro interesado.

Me diagnosticaron bipolaridad, y...— ¿Algo más? Además de eso, que podía ser peor— Trastorno limite de la personalidad. Mi madrastra piensa que la terapia y pastillas son una pérdida de tiempo, entonces...El método cristiano es mi salvación, porque según ella todo esto lo causó la libertad que me da mi padre.

El universo hizo una de sus jugarretas a mi favor, y el señor Kim dio por comenzada la charla. Lo último que quería era darle una mirada lastimera, o quedarme sin algo bueno que decir.
De igual forma, estábamos atrapados, sin escapatoria a nuestra redención.

Hoy escribimos en un pedazo de papel de color crema lo que más nos inquieta, aturde o molesta, del otro lado nuestras metas e intenciones. De nuevo miento, y por la forma tan apurada en que escribe Doyoung, puedo deducir que él también.

Pero mi lado imbécil, y sin ideas, revisa por encima de su hombro lo que ha copiado, y mi vista da con una aspiración en concreto.

"Ser gay hasta la tumba"

Y mientras lo copia sonríe, pero no con entusiasmo, puedo ver sarcasmo en cada una de sus expresiones. Al final dibuja un par de corazones, y besa el memo lleno de tinta.

Aparto mi confundida mirada, solo para releer lo que yo mismo he escrito.

Que se jodan— Murmura.

Entonces tacho todo lo que llevo y decido arriesgarme.

"Comprar nuevas faldas para mi colección"

Que se jodan— Repito, y escucho la suave risa de Doyoung.

Me pregunto qué estoy buscando, o si ya lo he encontrado. No hay respuesta, pero la incertidumbre es música para mis oídos.

nasty; m a s h i k y u Where stories live. Discover now