Capítulo 03

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Si le preguntaban a Jaemin, su odio era totalmente justificado.

Si bien, los trogloditas del equipo nunca lo hostigaban directamente a él, por motivos que desconocía, siempre terminaba involucrado.

Ese día, por ejemplo, estaba en su clase de arte junto con su compañero terminando una asignatura que valía 10 puntos.

Desde que le asignaron a su pareja había deseado que el proyecto terminara ya, pues el chico había estado coqueteando con él hasta un punto en que se había vuelto incómodo.

Estaba tan feliz de que su cuadro estuviese casi completo, a solamente unos detalles de estar listo cuando, de un momento a otro, todo lo que pudo ver era una gran macha roja que cubría el lienzo.

"Lo siento" había dicho el imbécil.

¿Lo siento?

La sonrisa burlona de su rostro hacía obvio el hecho de que todo hubiera sido intencional.

No le caía bien su compañero, lo odiaba, pero estaba tan malditamente cerca de deshacerse de él cuando ese descerebrado que pasaba junto a su mesa arruinó su pintura.

Quería matarlo.

Furioso, lanzó a su casillero la camisa sucia que acababa de quitarse y cerró la puerta con fuerza.

Decidió que se saltaría sus próximas clases porque simplemente no valía la pena continuar con su asqueroso día.

Caminó en los pasillos ya vacíos, escuchando con atención los pasos que le seguían.

No dispuesto a lidiar con nada, se adentró en el primer salón que encontró vacío y se encaminó directamente hacia la ventana para quedarse a ver por un rato.

Pasaron unos segundos antes de que un cálido pecho se pegara a su espalda y unos fuertes brazos rodearan su cuerpo.

- Hola, conejito – susurraron con cariño en su oído.

- No me llames así – bramó.

El otro suspiró pesado

- Fue un accidente –

- No – se giró para mirarlo – no fue un accidente –

- Fue un accidente que te mancharas – aclaró – pero ¿qué se supone que hiciera? ¿dejar que ese estúpido coqueteara contigo y te siguiera poniendo las manos encima? –

- No – hizo un puchero – pero era mi calificación –

- Podrás hacer uno nuevo, el profesor lo dijo –

- ¿Esa te parece una solución? –

- Bastante razonable –

- ¿Razonable? – golpeó su pecho suavemente – bien, es bueno que te parezca razonable, porque voy a pasar mis tardes con él para volver a hacer el trabajo que arruinaste sin ninguna consideración –

El otro rió y negó.

- Él no va a acercarse a ti – dijo tomándolo con cuidado por la cadera – yo lo haré contigo. Dile a ese imbécil que lo harás solo y yo voy a ayudarte –

El castaño abrió la boca, impresionado.

- Encima eres exigente –

- Te ves muy lindo hoy – elogió, comenzando a besar su cuello suavemente.

- No me cambies el tema –

- Me encanta como me ves cuando te enojas – gruñó contra su piel.

- Jeno – lloriqueó – no hagas esto, alguien va a descubrirnos -

El mencionado detuvo sus ansiosos labios y se separó para mirarlo.

- ¿Eso sería tan horrible? –

- Sabes a lo que me refiero –

- Sí – apretó los labios – como sea –

Estuvo dispuesto a irse cuando el otro tomó su mano.

- No te molestes –

- Perdóname, pero – rió sin ganas – cada vez que pienso que estamos cerca de algo, tú retrocedes todos mis avances –

- Nadie va a pensar que me tomas en serio – murmuró cabizbajo – es fácil para ti pedir porque nadie pensará que yo me estoy burlando de ti, como todos lo harían conmigo. Como todos lo hacen con Donghyuck –

El mayor lo jaló para atraerlo en un protector abrazo.

- Ya sé – besó su mejilla – perdóname, cariño. No estaba pensando en eso –

- No importa – se separó para mirarlo – pero necesito que trates de entenderlo –

- Voy a hacerlo –

El castaño asintió poco convencido y el otro rió divertido.

- ¿Entonces? – tomó su rostro con cuidado – vamos a pasar todas las tardes juntos –

- No suena tan mal – se encogió de hombros.

- Voy a ir a tu casa... -

- Será en tu casa –

- Mejor – dejó un casto beso sobre sus labios – irás a mi casa, estaremos todo el día juntos besándonos y pintando un poco hasta que llegue mi papá, que ya quiere conocerte por todo lo que he hablado de ti, comeremos algo rico, e iré a dejarte todos los días a un par de calles de tu casa, ¿suena bien? –

- Sí – reprimió una sonrisa – creo que sí –

- Bien – besó la punta de su nariz – ¿entonces mi conejito ya está contento? –

- Voy a estarlo si me apapachas otro ratito –

- Hecho – asintió, apretando su cintura para atraerlo en un intenso beso.

Si Jaemin había incluido algo más en sus planes, sabía que no había caso en decirlo.

Sabía que Jeno diría que no.








Actualidad

La cita no había sido tan horrible.

El doctor Choi les había hecho revivir los mejores recuerdos de sus primeras semanas y enlistar cualquier cosa positiva del otro que les viniera a la cabeza.

Shotaro estaba sumamente aliviado de que Sungchan aún pensara tan bien de él.

Aún después de todo lo que le hizo.

- ¿Entonces? – llamó el menor, tomando su mano - ¿quieres ir a cenar? –

- Claro – respondió distraído - ¿te sientes bien? –

- Más seguro – asintió – creo que es lindo que aún pienses que soy inteligente –

- Siempre lo he pensado – hizo un puchero.

- Ya sé – rió, abrazándolo por los hombros – no te preocupes –

- ¿Entonces estamos bien? –

- Por hoy –

- ¿Podemos ir a mi casa? – pidió – mi papá quiere ver el partido contigo –

- Entonces, en lugar de un restaurante, vamos a la tienda a comprar algo para asar –

- ¿Podemos llevar sake? –

- Está en la lista – sonrió coqueto.

Mierda.

No recordaba que esa sonrisa todavía hiciera cosquillas en su estómago.

Él todavía estaba muy enamorado.

Pues como ven, Shotaro hizo algo malo.

Aún no sabemos qué, pero ya pronto.

Paciencia 👏🏼

Y sí, Jaemin está saliendo a escondidas con una persona del grupo que no soporta.

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