Capítulo 14

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Shotaro y Sungchan se empujaban amistosamente a lo largo de jardín.

- No puedo creer que bebieras de cabeza con un embudo –

- Sólo estoy explotando mi talento – se encogió de hombros – no puedo creer que no bebieras en absoluto –

- La seguridad es primero – bromeó.

Apenas estuvieron frente a la puerta, alguien abrió del otro lado.

- Sungchan, hijo, que bueno verte – saludó el mayor.

El mencionado miró al otro, extrañado.

- Señor Nakamoto – sonrió - ¿qué tal? –

- ¿Vas a quedarte a dormir? –

- No... – rascó su nuca – no, creo que volveré a casa. Mi papá me está esperando –

- Bueno – hizo una mueca – tal vez puedas acompañarnos mañana a almorzar. Iremos a ese restaurante que te gustó la otra vez –

- S-sí – miró a Shotaro – claro –

- Bien – palmeó su hombro – los dejaré solos. No tardes, hijo –

- No, pa – murmuró, viendo al otro entrar.

Cuando se quedaron a solas, Sungchan carraspeó.

- Taro... -

- Se me olvidó – sinceró – no le dije a mis papás que terminamos porque no estaba pensando en ello. De verdad, de verdad lo olvidé –

- Mierda – mordió sus labios - ¿debería aparecer mañana? –

- No si te sientes incómodo –

- ¿Tú te sientes incómodo? –

- No –

- Entonces voy – lo rodeó con sus brazos.

- ¿Qué vas a decirle a Renjun? –

- Nada, me va a matar – negó abrumado – y tú tampoco le dirás nada –

- De acuerdo – respondió el abrazo – gracias por no romperle el corazón a mi papá –

- No es nada – se separó para mirarlo – entonces ¿hasta mañana? –

- Hasta mañana – sonrió emocionado.

Observó al menor subir a su auto y partir antes de entrar a su casa.

Luego de unos minutos, del coche estacionado en la acera de enfrente, salió un furioso chico.

- Hey – llamaron siguiendo sus pasos – te estoy hablando –

- Ya te escuché – se giró a verlo – y yo te dije que nada iba a pasar –

- ¿Entonces por qué fuiste con él? –

- Para ayudar a Hyuck – insistió – porque odio como lo tratan –

- No entiendes, Jaemin – lo empujó suavemente hacia la acera.

- No, Jeno. No te entiendo – alzó las manos - ¿ves por qué no quiero que nadie lo sepa? Todos van a pensar que estoy en esto en contra de mi voluntad porque no puedes dejar de portarte como un puto matón –

- Pero tú me conoces ¿no? Eso debería ser suficiente – bramó.

- Pues no lo es. No como lo crees –

- ¿Sabes qué? Esto no es justo para mí, no lo es de ninguna forma –

Jaemin contuvo el aliento.

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