Capítulo 06

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Actualidad

Shotaro se levantó con ánimos de intentarlo de nuevo.

Lo había hecho varias veces en las últimas semanas, pero ese día en especial, sentía que podía funcionar.

- Buenos días – canturreó alegre apenas el otro entró en la cocina.

- Mhh – respondió su hermano con los ojos en la pantalla de su teléfono.

- Hice hot cakes – levantó su plato.

- Sí – lo miró – ya me voy –

- ¿No vas a desayunar? – preguntó, sintiéndose sumamente triste.

- No – forzó una sonrisa – adiós – se despidió para dejarlo solo.

Bueno, no funcionó.

De nuevo no lo hizo.

- Hijo – llamó Jungwoo, entrando luego de un rato - ¿hiciste panqués de nuevo? –

- Sí – respondió sin ánimo.

- Que rico – celebró, sentándose en la barra – pásame la miel –

El menor se la pasó desganado y suspiró.

Lo intentaría otro día.





Esa tarde, Sungchan no se sentía con miedo de asistir a la cita.

Más bien ansioso.

Se encontró con Shotaro fuera de la locación y le sonrió brillante.

- Hola, bebé – saludó, dejando un corto beso sobre sus labios - ¿cómo fue tu día? –

El japonés quería golpearse en el rostro.

¿Cómo pudo ser tan horrible con él?

- Malo – hizo un puchero – Jaemin todavía no acepta mis hot cakes –

- Lo hará, mi amor – aseguró, tomando su mano para besarla.

- ¿Ustedes saldrán esta noche? –

- Como todos los viernes – asintió.

- ¿Y él no es extraño contigo? –

- Jaemin es extraño, punto – rió – pero si te refieres a su actitud, en absoluto –

- Mierda – murmuró – esperaba no ser el único –

- Vas a arreglarlo – abrió la puerta para él - ¿caballero? –

- Gracias – batió sus pestañas – que amable –

Minho los observó bromear desde su consultorio.

Esos jóvenes de verdad estaban cooperando.





Antes

- Mi papá quiere que te invite a pasar algunos días con nosotros en el lago – se encogió de hombros – será divertido –

- Paso – respondió seco con los ojos en su cuaderno.

El menor asintió desanimado

- Le diré que tienes planes –

Shotaro lo ignoró.

El azabache planeaba su siguiente movimiento cuando un tercero ocupó el lugar frente a él.

- Hola, Sungchan – saludó casi sin aliento.

- Hey – sonrió a medias.

- Siento llegar tarde – dijo buscando algo en su mochila.

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