Capítulo 12

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Estudiaban en silencio. El único sonido perceptible era el de la fogata frente a ellos.

El invierno había llegado y las fiestas se acercaban con ello, por lo que era casi una necesidad preguntar.

- ¿Qué vas a hacer en navidad? – murmuró Jeno, levantando la mirada.

- No sé – se encogió de hombros, apuntando algo en su libreta - ¿tú? –

- Estaré en casa con mis papás – sonrió hermosamente – papá Tae dijo que te invitara. Insiste con querer conocerte –

El otro asintió distraído.

Justo como lo había estado durante todo el día.

- Si quieres –

Jeno frunció el ceño y se acercó a él.

- ¿Bebé? –

No respondió.

- Jaemin, ¿estás molesto conmigo? –

El nombrado negó sin levantar la mirada.

- Me pica el suéter –

- Puedes quitártelo. Yo no voy a enojarme sólo porque te lo regalé –

No se movió.

- Jaemin... - habló bajo, acercándose para tomar la prenda, extrañándose cuando el otro retrocedió violentamente.

- No me toques –

- Oye – se acercó más - ¿qué pasa? –

- Nada –

- Por favor, dime lo que sucede – pidió con tristeza - ¿no te gustó? ¿quieres que lo quememos? –

El castaño cerró los ojos y comenzó a sollozar furiosamente.

Se arrastró por la alfombra y dejó caer su cabeza sobre las piernas del confundido chico

- Bebé, háblame, ¿es por Shotaro? – el otro negó – por favor, dime algo –

El menor susurró algo que le heló la sangre.

- ¿Q-qué? –

- Él me besó a la fuerza – repitió – el chico de fútbol, me besó a la fuerza –

Sintió como su cuerpo comenzaba a temblar.

- ¿Cuándo? –

- Ayer, cuando estudiábamos – sorbió su nariz – estábamos solos en la biblioteca. Me pidió ayuda con algo y se sentó a mi lado – negó – cuando me di cuenta, estaba encima de mí mordiéndome los labios. Intenté alejarlo, pero es más grande que yo, no pude, yo... -

Silencio.

- Lo siento – susurró luego de un rato.

- ¿Por qué? –

- Sé que me lo advertiste, tú dijiste que él intentaría algo. Es mi culpa lo que sucedió, no te molestes conmigo por favor –

El azabache lo levantó con cuidado y lo sentó entre sus piernas.

Lo rodeó con sus brazos y comenzó a mecerlo mientras dejaba cálidos besos sobre la piel de su nuca.

- Voy a hacerle daño – dijo luego de un rato.

Jaemin parpadeó confundido.

- ¿Qué? –

- Él te tocó sin que lo quisieras – gruñó – voy a... -

- Jeno – lo miró – tú no harás nada –

- Pero... -

- Eres mejor que esto – se giró para besar su mejilla – eres mejor que cualquiera. No le harás daño a nadie –

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