De vuelta.

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P.O.V. Edmund.

En un solo segundo, mis hermanos y yo nos encontrábamos corriendo en dirección al mar, deshaciéndonos de los zapatos y los suéteres por el camino.

— ¡El agua está deliciosa! — Exclamó Susan.

— ¡Es tan fresca! ¡No puedo creer que hayamos vuelto! — Expresó ahora Lucy, mientras jugábamos los cuatro juntos.

Todas las soluciones a mis problemas estaban justo aquí, justo a lado de ____, mí hermosa princesa; ya ansiaba el momento de poder verla.

La sonrisa en mi rostro se desvaneció en cuanto levanté la vista a la colina.

— ¿En dónde suponen que estamos? — Pregunté a mis hermanos sin dejar de mirar lo que me tenía impactado.

— Y tú ¿En dónde crees? — Respondió Peter, con cierta ironía.

— Es solo que no recuerdo haber visto ruinas en Narnia.

Mis hermanos dirigieron la vista hacia donde yo lo hacia, quedando igual de impresionados al notar varias paredes y columnas destrozadas.

La curiosidad por saber a que perteneció esa construcción fue mas fuerte, así que nos dirigimos colina arriba para descubrirlo.

Llegamos a los pies de lo que al parecer antes eran unas escaleras.

— Creo que hemos estado aquí antes — Explicó Susan, subiendo con cuidado aquellas escaleras cubiertas por pequeñas piedras que podrían enterrarse en sus pies descalzos.

— De hecho. Si, es justo lo que siento. — Dijo Peter, llegando a la entrada en donde ahora solo existen dos simples columnas milagrosamente en pie, cubiertas de enredaderas verdes con algunas flores.

Por mi parte, cuidaba que Lucy no se quedará atrás, esperando a que sus cortos pasos llegarán a los míos.

— ¿Debes estar feliz, no. Edmund? — La voz de mi hermana menor me saco de los pensamientos, provocando que ambos nos miraramos.

— ¿Tú no lo estás, Lu? Hace unos minutos eras quién más deseaba volver.

— Oh, claro que estoy feliz. ¡Ya extrañaba al Sr. Tumnus! — Ella mostró una sonrisa de oreja a oreja.

— Solo queda decir que también esperaba volver. — Revolvi ligeramente su cabello.

— Porque eres parte de la profecía o porque extrañas a ____. — Aquella sonrisa tierna en el rostro de mí pequeña hermana se convirtió en una de complicidad.

— No sé qué hablas, Lu. Seguramente te ha hecho daño el agua fresca bajo tanto calor. — Miré a otro lado.

— Yo estoy perfectamente bien, tú eres el que tiene las mejillas rojas. ¿Será el calor? — Se burló Lucy, y después camino entre saltos hasta llegar con Peter y Susan.

— No tengo las mejillas rojas. — Murmuré llevando las manos a mí rostro, para después llegar con ellos con más tranquilidad y control sobre mis emociones.

— ¡Hey! ¡Miren! ¡Por allá hay algo que brilla! — Exclamó Lucy, corriendo hacia el objeto.

— ¡Cuidado con lo que tocas! — Advirtió Pet.

ꕥ꧁L̆̈ᴀ H̆̈ɪᴊᴀ D̆̈ᴇ L̆̈ᴀ B̆̈ʀᴜᴊᴀ꧂ꕥ."ˡᵃˢ ᶜʳᵒⁿⁱᶜᵃˢ ᵈᵉ ⁿᵃʳⁿⁱᵃ"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora