Cuando los miedos se olvidan

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Oh, sabía que la paz no duraría mucho, pero no creí que fuera tan poco

>> Tu no aceptaste cancelar y aun había tiempo

— No, no lo había. Gracias a ti, si hubieras acatado el plan, los soldados aun estarían vivos.

— Y si te hubieras quedado como yo sugerí, lo estarían seguramente

— Tu nos llamaste, ¿lo olvidas? — Atacó Peter.

— Fue mi primer error —. Defendió Caspian.

— No, tu primer error fue pensar que serías un líder para ellos.

— ¡Hey! Yo no fui el traidor que...

— ¡Ya basta! —. Exclamé furiosa. — Ninguno es digno de llamarse rey

Ambos me miraron con furia ardiendo en sus ojos.

— ¿Cómo te atreves? — Pronuncio con desprecio, Peter.

— ¿Cómo es que tú te atreves? — Lo señalé — Esta ya no es la Narnia que gobernamos codo a codo. Han pasado años, han pasado guerras y han pasado muertes. No puedes esperar que todo siga igual después de eso.

— Y ¿cómo lo seguiría si aquellos destrozos fueron causados por la gente de ese usurpador? Él, Miraz, su padre. Narnia estaría mejor sin todos ellos —. Miró a Caspian, con la furia de quien cree saberlo todo. El atacado no dudo un segundo y en cuanto menos lo espere, ambas espadas estaban fuera de la vaina y apuntaban al cuello del otro.

— ¿No escucharon? ¡Fue suficiente! —. Exclamó Ed, obteniendo las miradas de todos. Los centauros bajaron a Trumpkin con cuidado y lo recostaron sobre el suelo, a lo que Lucy salió corriendo de inmediato, tomando su pócima.

Caspian frunció el ceño hacia mi mientras guardaba su espada, por lo que me provocó lanzarle un chispazo de nieve a la cabeza. Me miró desconcertado, también lo estaba, pero lo oculte. Tomé mis cosas y fui al establo.

— Veamos por lo alto, mi querido Pegaso —. Siyah asintió, coloqué la montura y subí a su lomo. Luego de correr unos segundos en el valle, nos elevamos en el cielo.

— ¿Qué desea ver, majestad? —. Preguntó mi corcel.

— Los Telmarinos saben dónde encontrarnos. No tardarán en llegar. Quiero cerciorarme de la ventaja en distancia que tenemos, cuanto tiempo demorarán en terminar y cruzar los puentes.

Así, volamos por lo bajo, permitiendo a las copas de los árboles cubrir nuestro recorrido. Llevé mi arco siempre en posición, alerta de cualquier movimiento.

­[...]

Luego de una agotadora hora de recorrido, bajamos al bosque por un breve descanso. Di a Siyah At algo de comer y, por otro lado, tomé asiento sobre el cálido césped, haciendo anotaciones sobre un poco de papel que guardaba en los compartimientos de la montura del corcel.

— Bien, por lo que hemos visto, falta muy poco hasta que terminen el puente de Beruna. Tenemos un día de ventaja... —Suspiré, era poco tiempo— Como me gustaría saber lo que planean ahora.

El Pegaso fue, poco a poco, recostando su cuerpo sobre el césped.

— Podría hacerlo. Recuerde que no solo tiene la belleza de la diosa Afrodita, usted posee otros dones que le pueden ayudar.

— ¿Cómo cuál? ¿Convertirme en un cerdo salvaje, como dijo el dios Apolo? —Lo miré con diversión, pero luego la idea no me pareció tan descabellada. Ladee la cabeza, a lo que el corcel dijo:

— Quizá un ave sea más desapercibida

Lo medité un segundo.

— Es verdad que me dieron el don sobre los animales, pero no sabía que se podía utilizar de esa manera.

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⏰ Última actualización: Oct 27 ⏰

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ꕥ꧁L̆̈ᴀ H̆̈ɪᴊᴀ D̆̈ᴇ L̆̈ᴀ B̆̈ʀᴜᴊᴀ꧂ꕥ."ˡᵃˢ ᶜʳᵒⁿⁱᶜᵃˢ ᵈᵉ ⁿᵃʳⁿⁱᵃ"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora