El Plan. Part 1

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Fastidio.

Quejas.

Discusión absurda.

Hasta el momento solo eso nos definía a Edmund y a mí. Ambos intentamos hablar al mismo tiempo cuando llegamos corriendo con Peter, Susan y Caspian. Ellos nos miraban ya cansados por nuestra manera de resolver cualquier asunto.

— ¡Yo se los diré! —Repliqué.

—¡No, yo se los diré! —Exclamó Ed.

— ¡Que no!

— ¡Que sí!

— ¡Que no!

Como dije: Nuestra forma de resolver los problemas.

— ¡Ya basta! —La voz de Susan hizo que nos calláramos por un momento, pero claro, Edmund y yo sosteníamos la mirada fija en los ojos del otro. —Hable uno a la vez. [T/N]. —Recalcó mirándome y yo sonreí victoriosa.

—Como venía diciendo antes de que este simio —Señale al pelinegro a mi lado— me interrumpiera, vimos a...

—¿Simio? ¿Ahora soy un simio? —Replicó Edmund, indignado.

—¡Lo eres cuando no me dejas hablar! —Reclamé y escuché a Caspian suspirar pesadamente.

—¡Pero si tú siempre quieres hablar!

—No es verdad— Uní el entrecejo.

—¡Claro que sí, siempre estas buscando llamar la atención en lo que sea, aun si se trata de algo que no puedes manejar!

—Menciona una sola vez en la que no he podido manejar algo. —Crucé mis brazos sobre mi pecho y lo miré con seguridad.

—Creíste que serías capaz de gobernar y proteger dos reinos, cuando apenas puedes cuidar de ti misma.

Sus palabras salieron tan naturalmente que se sintieron como un puñal en el pecho. Nos absorbió un espeso silencio en el que perdí cada gramo de confianza. Entreabrí los labios para pronunciar al menos una palabra en mi defensa, pero no salió nada, algo en mi interior le dio la razón.

Los hombros de Edmund se relajaron y por un momento noté arrepentimiento en sus ojos; sin embargo, en seguida se volvieron a entornar oscuros.

La voz de uno de los guardias terminó con el silencio que reinaba en el lugar.

—Majestades —Miró a todos, seguramente notando la tensión del asunto. —Espías Telmarinos. —Soltó fijando la mirada en Peter y Caspian.

—Convoca una reunión en la mesa de piedra. —Ordenó Peter, dirigiéndose hacia aquel lugar junto a sus hermanos. El Fauno asintió y se marchó enseguida.

Solté todo el aire que había mantenido para no desmoronarme, y me giré sobre mis talones para mirar a Caspian, que se había quedado parado.

—Deberías ir a la reunión, ¿Qué haces aún aquí? Comenzarán sin ti.

—No iré hasta asegurarme de que te encuentras bien. —Fijó sus ojos sobre los míos.

—Estoy bien, Caspian. Ve con los demás. —Sonreí levemente.

—No fue tu culpa. —Dijo él, después de unos segundos de silencio. —De hecho, te consideraron una de las grandes reinas de todo Narnia, siempre diste al pueblo lo que querían.

—¿Y cuando les di lo que necesitaban? —Trague pesado, recibiendo de mí misma aquella respuesta. —Ve a la reunión, ayuda en lo que puedas. —Dejé mi mano sobre su hombro un momento para después tomar camino hacia la zona de descanso.

ꕥ꧁L̆̈ᴀ H̆̈ɪᴊᴀ D̆̈ᴇ L̆̈ᴀ B̆̈ʀᴜᴊᴀ꧂ꕥ."ˡᵃˢ ᶜʳᵒⁿⁱᶜᵃˢ ᵈᵉ ⁿᵃʳⁿⁱᵃ"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora