Capítulo 16: Sacándolo del camino

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Releyendo el comunicado que ha estado escribiendo y editando toda la mañana, la chilena no salía de su computador por ningún motivo, esto era muy importante porque tal comunicado iba hacer enviado a Los Aliados explicándoles el motivo de la cancelación de la búsqueda del nazi al no tener ningún resultado de los grupos de expedición, esperaba que entendieran y que no la molestaran mal con ese tema.

-creo que ya está listo- estirándose un poco en su asiento para quitarse el sueño, no se esperaba que unos brazos la abrazaran y recibir un beso en la mejilla.

-Meine Kuchen, está listo el almuerzo ¿ya mandaste el comunicado?- miro al computador dándose cuenta que ni siquiera esta con el Gmail abierto, aún estaba en Word escribiendo.

-aun no... ¿podrías revisar si está todo bien? no quiero dejar la caga- no estaba segura si o que escribió estaba correcto, quizás aun tenga fallas ortográficas en alguna parte y el alemán la podría ayudar.

-mi amor, me has hecho revisarlo dos veces ya jejej estoy seguro que está bien- dándole varios besos mientras acariciaba su cabello, cuando se trataba de escribir ensayos, informes o lo que sea su estrella se volvía insegura.

-ok, ok lo mando al tiro pero déjame ver cariño- lo movió un poco para que pudiera ver la pantalla y en unos minutos el comunicado ya había sido enviado.

-vamos a comer, te prepare tu favorito y necesitas descansar- tomándole de la mano para llevarla al comedor, en donde todo estaba listo para almorzar.

Disfrutaron de la comida tranquilos, al estar resuelto el problema con Third Reich y que ahora estuviese en un lugar seguro lejos de los Aliados los dos podían volver a la normalidad aunque solo tuvieron que preocuparse por mandar el comunicado pero sabiendo de que la búsqueda por el nazi solo era una pérdida de tiempo de seguro ellos se olvidaran de esto pronto para nunca sacar el tema de nuevo, y eso alegraba un montón a Chile quien tomaba a gusto su cazuela de pollo siendo observada por Alemania que tenía una enorme sonrisa al ver a su estrella comiendo emocionada como una niña.

Llegando ya la tarde, todas las potencias respondieron ante el comunicado estando de acuerdo que todo termino siendo una falsa alarma y que era mejor para todos que volvieran a la normalidad, al leer esto la chilena dio brinquitos de alegría abrazando feliz al alemán quien correspondió el sentimiento, ahora podía regresar a su país tranquilo sabiendo que su amada Chile ya estaba libre de problemas, aunque deseaba con todas sus fuerzas quedarse con su querida no podía ignorar todas las responsabilidades en sus tierras.

-nos volveremos a ver Meine Kuchen, te llamare en cuanto llegue a mi hogar- dándole un cálido abrazo, el taxi lo estaba esperando para llevarlo al aeropuerto.

- Auf wiedersehen, meine Liebe- le dio tiernos besos siendo más apegada al europeo quien la abrazo más fuerte de tan solo oírla hablar en alemán, el acento que tenía le encantaba.

Si no fuera por el bocinazo del taxi que ya estaba impaciente hubieran seguido besándose pero Alemania no podía perder el vuelo así que dándose un último beso se despidieron entre risas por la vergüenza al ser tan melosos, la chilena se quedó en el marco de la puerta hasta que ya no pudo ver el auto <<por fin tranquilidad...>> pensó alivia al cerrar la puerta con llave e ir a la cocina por una bebida helada, miro la lata por un momento y una risa salió de ella.

-... me pregunto si ya lo arrestaron- dijo con un enorme sonrisa satisfactoria a la vez que abría la lata de bebida y se zampaba un buen trago.

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Capital de Moscú, en el barrio Arbat, el soviético no estaba para nada contento con el comunicado recibido de parte de la latina pero al ver como los demás estuvieron de acuerdo con ella no le quedo más de otra que estar de acuerdo también, había apagado el computador molesto y salió de su oficina para ir a la cocina por una taza de café, quizás un vaso de vodka le vendría mejor, pero su cuerpo ya no toleraba tanta calidad de alcohol además de que sus hijos ya no vivían con él, así que estar ebrio solo, no era una opción. Tomo asiento en el sofá teniendo en la cabeza varias ideas de cómo podría demostrar que Third Reich si estaba vivo y que gracias a la ignorancia de los otros logro entrar a las tierras de Chile para esconderse.

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