Capítulo 32: Todo es un caos

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La casa estaba en completa oscuridad, antes de irse a dormir estuvieron comiendo y charlando por un tiempo hasta que el sueño les invadió así que se acostaron en los sacos de dormir deseándose buenas noches entre ellos, Alemania dormía abrazado de Chile mientras que Rusia y México tenían sus propios sacos, sin embargo, estaban bien apegados uno del otro, el único de la casa que se mantenía despierto era Reich quien permanecía en la habitación de la chilena pasando el tiempo limpiando su pistola para luego dejarla cargada, un mal presentimiento le inquietaba haciendo que no se sintiera seguro en la casa.

- Irgendetwas stimmt nicht...-miraba a la ventana intento encontrar algo en el jardín pero por la oscuridad de la noche y la poca iluminación no podía ver casi nada (algo no anda bien...)

A las afueras, una persona estaba preparando su pistola para empezar con su trabajo, hace años que no asesinaba a alguien y recuperar esa sensación le emocionaba bastante, volver a sentir el olor a pólvora en sus fosas nasales aumentaba su serotonina, como ya se había asegurado de esperar hasta que todos estuviesen en durmiendo en el living estaba listo para darle inicio a su misión. Coloco el silenciador en el arma para no alertar a sus siguientes víctimas y camino con cuidado hasta la puerta trasera, saco la ganzúa de su bolsillo para forcejear la puerta manteniendo el silencio, el sonido de un "click" le dio la señal de que ya podía entrar.

-...да начнется охота-susurro con una sonrisa sádica en su rostro, debía eliminar a sus objetivos rápido (... que comience la cacería)

Camino lentamente por los pasillos de la casa dirigiéndose al living, como se esperaba, los cuatro países seguían durmiendo tranquilamente sin saber del peligro que los asechaba, solo necesitaba a la mujer los demás solo eran estorbos así que se acercó a la pareja que seguía abrazada, verlos dormir en paz le dama una corriente de éxtasis de tan solo imaginar el infierno que desataría cuando dé el primer disparo, los cadáveres que quedaran tirados en el suelo y el llanto desgarrador de la latina, la emoción era tal que ya no podía esperar más.

La noche serena permitía que todo el mundo pudiese estar en el reino de los sueños sin ninguna preocupación, uno no podría darse cuenta si estaba siendo apuntado con un arma en la cabeza, tal como lo estaba Alemania, la pistola estaba apuntándole en la cien para que fuera una muerte rápida, iba jalar el gatillo pero un objeto en su nuca lo hizo detenerse.

- Wenn Sie nicht wollen, dass Ihnen der Kopf weggeblasen wird, lassen Sie die Waffe fallen -dijo fríamente recargando más la pistola para que sintiera el frio hierro recién pulido (si no quieres que te vuele la cabeza, suelta el arma)

Sin decir nada, dejo el arma en el suelo para luego levantarse lentamente subiendo los brazos en señal de rendición, siendo cuidadoso de no hacer un movimiento brusco se dio media vuelta para confrontar a quien le estaba apuntando, creyó que se trataría de Rusia que decidió fingir estar durmiendo en caso de cualquier peligro, pero ese acento alemán era distintivo, frente a él estaba el supuesto fallecido Third Reich.

- Ого... значит, господин СССР не бредил, вы живы!- sonrió irónico de ver que los delirios del jefe no estaban erróneos, aunque tener una pistola apuntándole ahora en la frente no era tan divertido (vaya... así que el señor URSS no estaba delirando, usted está vivo)

-wo ist die USSR?-pregunto directamente al soldado, si él estaba aquí aprovecharía de matarlo a el también (¿Dónde está URSS?)

-...- alzo la ceja sonriendo burlón por la estúpida pregunta, no le diría nada sobre la ubicación del soviético, hasta no le importaba seguir con las brazos alzados y solo le metió las manos en los bolsillos.

- wenn Sie mir nichts sagen wollen... sterben -su paciencia lo abandono en el momento en que lo descubrió intentando matar a su hijo, no perdonara la vida de quien lastime a su familia (si no me dirás nada... muere)

El fuerte sonidos de disparos resonó por toda la casa despertando alterados a los demás presentes, el cuerpo sin vida de NKVD estaba tirado en suelo mientras que Reich estaba apoyado en la pared intentando detener el sangrado en la herida de bala que tenía en el abdomen, los países se levantaron lo más rápido que pudieron en medio de la oscuridad hasta que Rusia logro encender la luz.

-¡¡Ahhh!!- México no pudo evitar gritar al ver horrorizado el cadáver que estaba cerca de él, tenía una herida de bala en la cabeza.

-¡¡Weimar!! *sniff* no... no, no, no- la chilena se percató del estado en que estaba el alemán, se apresuró a socorrerlo evitando que este cayera al suelo.

-ese hijo de perra...- no debió dejarlo que bajara los brazos, la idea de que poseía una segunda pistola no tuvo que ser una sorpresa para alguien que se supone que tiene experiencia lidiando con esa clase de gente.

-¡padre! Tenemos que parar el sangrado... ¡Chile ve por el botiquín!- mientras su estrella corría al baño en busca del botiquín de primeros auxilios, él se encargó de ayudar a su padre a caminar hasta el sillón donde lo acostó con cuidado.

-no... ¡No mames! ¡¿Third Reich?! ¡Virgencita de Guadalupe protégeme!- asustado corrió en busca de protección, escondiéndose detrás de Rusia.

-...- el euroasiático no decía nada, estaba en shock por lo ocurrido, sin mencionar que estaba viendo al mismísimo nazi quien se supone que estaba muerto.

-¡aquí está el botiquín! *sniff* ¡Ale ayúdame tenemos que salvarlo!- entre lágrimas saco pañuelos para hacer presión en la herida, debían limpiar la sangre antes de hacer el procedimiento de tratar al alemán.

Mientras la pareja luchaba para tratar la herida de bala, los otros dos países se quedaron mirando atónitos, no solo por la sorpresa de los disparos y que había un cadáver en el living sino que Third Reich estaba vivo, y lo peor es que parecía que ya estaba en la casa cuando ellos llegaron, Rusia pensó en las respuestas de lo que estaba pasando pero solamente consiguió dar con una, Chile les había mentido; los engaño para mantener al nazi vivo, escondido en su propia casa, esa idea lo enfureció.

-...Chile, quiero una explicación- camino a paso lento hacia la chilena, apretaba los puños para contener la calma.

-¡ahora no Rusia! Debo salv...-iba a sacar las pinzas para buscar la bala pero un fuerte agarre la hizo levantarse del suelo bruscamente.

-¡¡Me dirás porque estas protegiendo a este nazi ahora!!- la agarro de la muñeca levantándola un poco del suelo, quería respuestas y no le importaba que el nazi terminara muriendo, iba hacer hablar a Chile por las buenas o a la fuerza.

★⋆⋆⋆⋆Todo es un caos⋆⋆⋆⋆★





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