Capítulo 7: Visitante inesperado

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La chilena se encontraba acostada en el sillón del living de su casa, en estas semanas desde la reunión en la casa de Alemania no ha conseguido descansar apropiadamente y sabía que los demás países vecinos tampoco, gracias a las expediciones pedidas por Los Aliados terminaron por involucrarse Bolivia, Uruguay y Paraguay ya que estos eran los países que compartían frontera con Argentina, ellos al principio se negaron, pero cuando supieron de la posible existencia de Third Reich no dudaron en hablar con sus fuerzas policiacas para que iniciaran con la búsqueda del nazi, todo a espaldas de ONU. Continuaba con su sueño tranquila hasta que el sonido de la alarma de su celular la despertó de mala gana, sabía que debía levantarse para ver cómo iba la búsqueda de la PDI sobre el nazi aunque solo les ordeno revisar la frontera junto con la Aduana para poder quitarse al soviético de encima, él era el más insistente de Los Aliados en cuanto a esta revisión de que si el alemán haya cruzado la frontera sí o no.

-argh por la chucha...- en esos momentos se estaba arrepintiendo de poner la alarma, pero era lo único que podía despertarla de su sueño profundo.

Tomo su laptop para revisar su correo, lo primero que había en su bandeja de entrada eran los informes de los hermanos de Argentina, según estos se descartó la presencia del nazi en sus tierras por lo tanto concluirían la búsqueda y les darían el aviso a Los Aliados para que estuviesen tranquilos, la chilena solamente les mando un mensaje diciéndoles que ahora aprovecharan de descansar mientras que ella y Bolivia terminaran sus informes para terminar también con esta búsqueda insensata que ella sabía que no conseguirían nada.

-ya quiero que esta wea termine... ugggh estoy con la pera- tomo su celular para revisar las redes sociales y matar el tiempo, solo podía hacer eso mientras esperaría a que algunos de sus oficiales de la PDI la llamara para terminar con la búsqueda.

Seguiría procrastinando en su celular, si no fuera porque escucho como alguien golpeaba la puerta trasera, preocupada de que fuera un ladrón busco un arma con al cual defenderse y lo más cercano que tenía a la mano era su sable Blücher que tenía en el centro del living, caminando lentamente fue a la cocina en donde estaba la puerta trasera <<¿que ladrón es tan aweonao para hacer tanto ruido?>> pensó molesta la chilena, ya estando frente la puerta, se tomó el tiempo para pensar si abrir la puerta o no aunque ya tenía una idea de quien podría gastarle una broma pesada como esta.

-¡México si me estás haciendo una broma te voy a sacar la chucha!- grito furiosa antes de abrir la puerta, aunque amaba al mexicano como su hermano mayor no lo perdonaría si le gastaba una broma, se aseguraría de darle sus buenos puñetazos.

-no has cambiado nada... Mein Stern- pudo escuchar una voz gruesa y con acento desde el otro lado de la puerta, claramente no era México ni tampoco alguno de sus amigos latinos.

-esa voz... - abrió la puerta de golpe, mirando atónita al hombre que estaba en frente de ella y con sus manos temblorosas dejo caer el sable al suelo.

No pudo decir nada, aunque abría la boca las palabras no salían solo podía ver a la persona que la miraba con una leve sonrisa, había cambiando bastante desde la última vez que se vieron; vestía ropa sureña, su cabello con corte de soldado ahora era largo rojizo peinado con una coleta, su cuerpo ya no era marcada por la pérdida del entrenamiento militar y sus ojos volvieron a ser azules aunque la bandera nazi aún seguía marcada en su cuerpo. El alemán nervioso tomo sus manos para que la chilena reaccionara, podía sentir lo gastadas que estaban sus manos con cayos por el trabajo en el campo sin duda el había dejado de ser el general de clase alta que una vez fue, Chile al reaccionar lo abrazo dejando que algunas lágrimas salieran mientras que él le correspondía estando aliviado por no ser rechazado.

-Weimar... wn no creí que te volvería a ver- desde que lo llamo solamente esperaba que se fuera lejos y que volviera a desaparecer, no creyó que el alemán viajaría hasta ella pero estaba feliz en el fondo.

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