Un bonito relato madre e hija

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Gloria se estaba terminando de cambiar, un vestido largo holgado cubría sus piernas, sus pies los cubrían unas botas cafés y las típicas trenzas bajaban a sus costados, esas trenzas que con el paso de los años iban creciendo más y más.

Ya tenía catorce años, había dejado la escuela hace tres y, en resumen, terminando la primaria terminó la escuela para ella y desde la graduación no se había cortado el cabello, dobló sus trenzas para ver cómo se vería con el cabello corto, arremango su falda imaginando que llevaba un pantalón, complacida se sonrió en el espejo, cuanto no daría por ser cómo su padre o como su hermano, lamentable que no haya ocurrido así.

—¡Gloria, chamaca ya está listo el almuerzo de tu padre y tu hermano, ven para qué se los lleves!

Esa era su madre gritando desde la cocina.

—¡Ya voy ma!

Y salió del baño corriendo, llegó con su madre, se veía radiante a pesar de que todos los días sabía que se levantaría temprano para hacer el desayuno y hacer una serie de quehaceres domésticos interminables.

—Tú papá y tu hermano están por el arroyo, vuélale a llevarles la comida y de paso compras queso en la tienda de Hermelinda, luego le dices que yo se lo pago y también te traes la cuenta del mes —dijo mientras lavaba los trastes del día anterior, Gloria se sintió aliviada de ver que no le tocarían a ella los trastes hoy.

—Si ma, ya voy ya voy —dijo tomando la canasta con pan y unos envases con frijoles y huevo, ya dirigiéndose a la puerta la madre la detuvo.

—¿¡No te estas olvidando de algo chamaca?!

Grito nuevamente desde la cocina acercándose a Gloria mientras se secaba las manos en la falda

—No ma, traigo a lista y la comida.

Se acercó a ella y le dio un golpe en la cabeza, Gloria era la más chaparra de la familia también la que más sonreía y la que más golpes recibía.

—De verdad Gloria que te pasas, a ver dime ¿qué día es hoy?

Gloria se sobó el golpe, ya estaba acostumbrada y sabía que su mamá lo hacía como un pequeño castigo, pero tenía la mano dura de todas formas.

—¿Miércoles? —respondió en forma de pregunta

—Ei, pero miércoles ¿de qué mes? —preguntó de una forma ya un poco más retadora con la mano levantada, el siguiente golpe ya no iba a ser ligerito

—Hoy es dieciséis entonces ¿¡tu cumpleaños?!

Y le llegó el sape directo a la cabeza.

—Miércoles de ceniza escuincla, miércoles de ceniza, pásale con el padre Raúl para que nos diga cuando va a ser la misa, ya ves que la andan cambiando la hora a cada rato, ya pues lárgate que se enfrían los huevos —ordenó volviendo a la cocina

—Ay mamá, pero quien teconociera así—dijo Gloria cantante para luego ser perseguida por su madre hastasalir completamente de la casa.

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