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Su hielo se alzaba imponente ante su victoria, intentó regular su respiración pero su marca le estaba picando desde hace rato, provocando así que se haya descuidado en un momento con esa mujer que soltaba cuchillos de sus brazos, el quirk se parecía al de Yaomomo solo que su límite de creación era eso. Combinado con su pelea cuerpo a cuerpo y su puntería lo habían agotado.

Se le había clavado uno de los cuchillos en sus hombros, que se lo arrancó con un gemido de dolor que no pudo evitar, rápido congeló la herida para evitar que la sangre fluyera y se debilitara.

Estaba preocupado por Katsuki, si su marca le picaba el dolor debió ser tan profundo como para transferirselo a él.

Miró su marca que poco a poco cambiaba de color, estaba dejando su color sonrojado y se estaba volviendo grisácea a una velocidad horrible.

—¡Shoto! —Escucho que le llamaban de fondo.

Se hecho a correr ignorando completamente el llamado de uno de sus compañeros, ni siquiera se molesto en identificar de quien era la voz, olfateo elevando su nariz, todo estaba lleno de escombros y el polvo le dificultaba buscar a su alfa. Se detuvo un momento cuando su marca empezó a dolerle, ardía como si se la arrancarán.

Al fondo escucho una explosión, casi sonríen al identificar que al menos estaba vivo, tanto tiempo a su lado que podía identificar una de sus explosiones. Y con eso su preocupación aumentó más, la explosión no era débil, pero por la potencia se veía desesperada.

Katsuki no atacaba así, con el transcurso del tiempo se hizo mucho más calculador de cómo llegó a UA, mucho más fuerte. Si su alfa estaba atacando así, algo debió pasarle a sus guantes, aunque con entrenamiento había podido manejar el control de sus explosiones grandes esta se veía aún mayor de las que estaba acostumbrado.

Detuvo su paso cuando lo vio, el alfa estaba llorando, desesperado, ahora gritaba un sin fin de groserías hacia el villano que simplemente se elevaba en el aire.

—¡Devuelvemelo! —Su garganta se desgarraria si continuaba con los gritos. —¡Llévame a mi! ¡Dejalo, dejalo, dejalo!

Shoto guardo su posición y se deslizó hasta poder esconderse en una pila de escombros. Tenía que encontrar una forma de derrotar al villano, que este en el aire le aumentaba dificultad, no era imposible. Aunque se muriera de ganas de ir hacia Bakugo.

—Un desperdicio de alfa. —Escucho que decía el hombre, rápido noto como acumulaba energía en sus manos y le daba forma de una lanza. —Si fueras lo suficientemente capaz nada de esta habría pasado.

El momento en el que lanzó la energía pareció pasar en cámara lenta. El villano estaba jugando con Katsuki, era estúpido que le haya dado en el brazo y no en algún punto vital del cuerpo.

Lo que sí lo sacó de sus cabales es que su alfa no hizo nada por esquivar el ataque. Había dejado de llorar, ahora sólo miraba al frente con la vista perdida.

Bakugo se dio por vencido. La revelación le hizo mandar al diablo sus planes de acabar con el villano desde la distancia.

Mientras corría en dirección del alfa el villano había descendido hasta tocar el suelo y se acercaba sonriente con cuchillo en mano. Afortunadamente llegó a tiempo para posarse delante de Bakugo.

—¡No lo toques! —No sabía que tipo de quirk tenía el extraño, con la poca fuerza que tenía envolvió todo el cuerpo del villano en hielo. No tenía más opciones, sólo podía esperar refuerzos. —¡No dudaré en matarte si lo vuelves a tocar!

Su omega interno gruñó, el no pudo evitar lanzar el gruñido igual para tratar de intimidar a quien había herido a Bakugo.

—Aún son unos niños. —Escucho que decía, con facilidad rompió el hielo. —Los héroes son tan hipócritas...

Omega [Bakutodo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora