Capítulo 1

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      Alex Montenegro en MULTIMEDIA


Alex Montenegro

Y aquí estoy yo; empacando mis cosas pues mis padres tienen un viaje de negocios que no se puede suspender "por nada en el mundo" , ni siquiera por sus hijos.

(Llaman a la puerta)

–Puede entrar –contesto.

–Señorito Alex, sus padres quieren saber si ya tiene todo listo. El vuelo sale en dos horas y no van a poder acompañarlos a usted y a la señorita Ana, pero el chófer tiene instrucciones claras, dejarlos en casa de su tía, la señora McKellen.

–Gracias Conchita, dile a mis padres que en unos minutos bajo. ¿Mi hermana ya está lista?

Le pregunto a nuestra ama de llaves.

–La señorita Ana está lista. Solo falta usted. Las empleadas están esperando en la puerta para bajar sus maletas.

- No hace falta, ya las llevo yo.

- Pero usted no debe...

Hago un gesto con mi mano derecha. - Tranquila. Yo las llevo y gracias por avisarme.

- Es mi deber.

Responde ella inclinando su cabeza.

- Te voy a extrañar mucho...

La abrazaso, cosa que al parecer la sorprende  - ...y sé que Anasly también lo hará.

- Oh joven, no se preocupe, seguro que sus padres vuelven pronto y usted y su hermana podrán regresar a casa.

- Sí ¿verdad? Después de todo, este no será ni el primer ni el último de sus viajes, así que, todo va a estar bien.

- Ya verá que sí.

      (...)

Bajo las escaleras silbando, con una maleta en mi hombro y otra a rastras. En la sala está mi hermana sentada en el sofá, jugando en el Candy Crush con su iPad. Mientras mi padre está atendiendo una llamada telefónica y mamá está dándole instrucciones a los empleados. No puedo evitar sonreírle a Anasly cuando ella me mira y hace una mueca algo graciosa.

- Ven acá "siete muecas".

Le digo a mi hermana menor abriendo los brazos para cargarla mientras ella corre hacia mí.

- Lexy, ¿Mamá y papá volverán a casa pronto? _pregunta ella algo angustiada.

- Pues, eso no lo puedo responder hermosa, pero, ¿qué más da? Sin ellos a la vista podemos hacer lo que queremos ¿no te gusta la idea?

- ¿Podemos quedarnos despiertos hasta tarde?

- Claro. Y comer con las manos también. ¿Qué opinas?

- Pero es que mamá dice que comer con las manos es de mala educación.

- Pues, mamá no va a estar ahí para regañarnos, si no se lo contamos no tiene por qué enterarse.

- ¿Crees que la tía Gabriela no se lo diga a mamá?

- ¿Por qué se lo diría?

- Porque son hermanas y los hermanos se lo cuentan todo, como tú y yo.

- Uy es verdad; no había pensado en eso, pero, no creo que la tía Gaby se moleste si nos acostamos tarde un día o dos.

- No veo a la tía Gaby hace rato, casi no la recuerdo.

Ser, más que tener (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora