Bebé a bordo.

Capítulo 6

Mañana.

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Tony se sentía cómodo, muy comodo.

Su cuerpo se sentía adormilado por lo bien que se sentía. Se abrazo con más fuerza al fuerte torso y sonrió satisfecho. El cuerpo a su lado era grande, suave y desprendía una fragancia exquisita.

¿Torso?, ¿cuerpo?, ¿grande?

Abrió sus ojos ante la información que su cerebro estaba procesando.

—Buenos días, Stark. —El soldado lo miraba con una suave sonrisa. Tony aprecio un poco de burla.

Stark no quiso perder la dignidad que le quedaba, así que en vez de alejarse (como en un inicio tenía planeado) se aferro al capitán y recostó su cabeza en los pectorales del rubio.

—Buenos días, Rogers. —Anthony analizó la situación. No podía hacer una acusación porque ciertamente él había invadido el lugar de Steve, por otro lado, no quería pelear. Se sentía muy agotado.

Steve no dijo nada después de algunos segundos.

—¿Dormiste bien? —Preguntó finalmente Rogers.

—... Tal vez. —Contestó orgulloso Anthony.

Steve, de manera inconsciente, acarició los cabellos castaño. Tony sintió su cuerpo tenso ante la acción.

—Lo siento. —Steve dejo los cabellos del genio y carraspeo—. Es, como una manía, yo...

—Está bien. —Stark fingió indiferencia—. Al cachorro le gusta.

Steve sonrió. Cachorro.

—Bien. —Rogers siguió acariciando los cabellos de Tony.

🔹🔹🔹

—No sé la razón... —Clint, dentro de la cocina, miraba al capitán y al genio sentados en el sofá de la sala—, pero siento que es una mañana muy bizarra.

—¿Tú crees? —Natasha a su lado, se sirvió una taza de café sin darle importancia a las exageradas palabras de Clint.

—¿Acaso no lo ves? —Clint apuntó a los chicos.

—Lo veo perfectamente.

—Buenos días. —Bruce se unió al dúo. Natasha lo saludo con una sonrisa coqueta, Clint apenas y lo noto—. ¿Le pasa algo?

—Piensa que despertó en otra dimensión. —Contestó sencillamente la peliroja entregandole un té.

—Gracias. —Bruce le sonrio—. Ciertamente, es algo extraño. —Después, miró a los lideres—. Es difícil asimilar que no esten peleando. —Bruce se encogió de hombros y bebía de su té—. Pero no me quejo. Cuando nazca el bebé, definitivamente le daré un beso.

Natasha rio. Era cierto, tal parecía que el cachorro era un buen presagio.

Al fin, esos dos idiotas podrían dar un paso más a su relación.

—Dios, muero por comer una dona. —Tony, junto con Steve, miraban la televisión. O al menos Tony lo hacía, ya que el Capitán se encontraba muy entretenido admirando el vientre del genio que estaba muy ligeramente abultado.

—¿Chocolate, azúcar, rellena? —Steve estaba de lo más feliz cumpliendo los antojos de Tony.

—Chocolate, mucho chocolate. —Anthony sintió su boca volverse agua—. Donita quiero donas de chocolate.

Rogers rio, asintió y siguió observando el vientre de Tony.

—Papá irá por tus donas. —Le habló al bebé. Tony no estaba seguro de que lo escuchara, pero Steve estaba muy emocionado, suficiente razón para quedarse callado—. Ya regresó, donita.

Anthony evitó sentirse orgulloso del apodo que tenía su pequeño engendro.

—¿Acaso he muerto en alguna batalla? —De vuelta en la cocina, tres pares de ojos curiosos fueron testigos de la escena—. Te lo dije Nat, esos dos actúan extraño.

Nat miraba al contento genio tocar su vientre.

Muy en el fondo, comenzaba a darle la razón a Clint. Esa mañana estaba siendo algo bizarra.