Capítulo 18

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La marca.

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Después de algunos meses, James tomaba una actitud cada vez más risueña. La torre siempre estaba llena de risas tiernas e inocentes.

Los vengadores estaban enamorados del cachorro.

Por otro lado, las cosas entre Steve y Tony iban de maravilla. Su relación se había tornado mucho más profunda. Pero había algo que molestaba al genio.

—¿No deberíamos casarnos? —Dijo Tony mientras resolvía una ecuación en el aire.

Bruce rio divertido.

—No lo sé, Tony. —El científico miró al genio—. Creo que eso es algo que tienes que decirle al capitán, no a mí.

El Omega hizo un puchero. Claro, Tony podría decírselo a Steve y quedar como un idiota.

—Sería más sencillo si Steve me lo pidiera por iniciativa propia. —Susurró el castaño.

Tony amaba al soldado rubio. Steve había sido un magnífico compañero, incluso desde que James venía en camino. Anthony ya no tenía ninguna duda de que Rogers era su Alfa soñado.

Ahora eran padres, una pareja, y tenían sexo increíble. ¿Qué les impedía dar el siguiente paso?

—Deberías enlazarte al capitán. —Sugirió Banner—. Ya sabes, el capitán Rogers es un hombre chapado a la antigua. En el momento en que se enlacen, inmediatamente comenzará con planes de boda. —Aunque Bruce aún no entendía como es que Steve no había obligado al Omega a casarse en cuanto supo del embarazo.

🔹🔹🔹

Steve tenía esa incomoda sensación de estar fallando en algo. Si bien era cierto que su sueño siempre fue ser papá, siempre quiso que esto fuera dentro del matrimonio.

No es que se quejara, al contrario, amaba con locura lo que Tony y él habían construido, pero mentiría si dijera que no imagino su boda con Anthony.

—Deberias marcarlo, casarte con él y darle un hermano a James. —Natasha sonrio con picardia—. Ambos hacen cachorros muy bonitos.

Steve negó sintiendo las orejas calientes.

No quería tener otro hijo tan pronto. Quería disfrutar de Donita, que Tony disfrutará de su cachorro y que ambos terminarán por acoplarse a la vida de padres y vengadores.

—No voy a darle un hermano a mi hijo. —Aclaró—. Al menos no ahora.

—Bueno, no dijiste que no a la marca y el matrimonio. —Natasha dejó de saltar la cuerda para después tomar agua y caminar al Capitán que aún no terminaba su serie—. Ánimo, Steve. Dudo que Tony te diga que no.

Steve quiso creerle.

🔹🔹🔹

Los días seguían pasando, James era un bebé muy sociable. Eso, con orgullo, Tony podía decir que lo sacó de él.

—Necesito que lo cuides. —Tony miro con súplica a Pepper—. Mi celo está por llegar.

—Claro, Tony. —Virginia le sonrio—. James quedará en buenas manos.

Así como los vengadores, Pepper, Happy y Rhodes amaban a Donita.

Era hijo de Tony; imposible no amarlo.

🔹🔹🔹

Ese día, Tony se aseguró que todo estuviera en orden. Donita se había ido con la tía Pepper y él se había encargado de su aseo personal.

Steve estaba por llegar y el lugar ya estaba infestado por sus feromonas.

Suspiro. Hoy Steve lo marcaría.

Sintió su cuello cosquillear, justo en su glándula Omega.

Sintió como su entrada anal se mojaba y el calor de su cuerpo se disparaba.

Con lentitud, se dirigió a la habitación de Rogers y él, entró a la cama quitandose la ropa y dejó que el aroma lo envolviera, que las sábanas rozaran su sensible cuerpo. Jadeo al oler la esencia de Steve.

Pronto, sintió una mirada pesada en su persona. Gimió al ver como el gran Capitán América se acariciaba el pene erecto encima de la ropa.

—Steve... —Tony se abrió de piernas y mostró su entrada palpitante—, te quiero dentro.

Rogers, desprendiendo testosterona pesada, se encaminó hasta la cama.

Bebé a bordo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora