Capítulo 15

13.1K 1.4K 59
                                    

Perfecto.

><><><

Todo marchaba de maravilla. Desde que Steve y Tony habían establecido una relación formal, las cosas avanzaron de muy buena manera.

Tony no tenía ninguna duda en abrazar al soldado cuando quería, de acurrucarse a su lado o de impregnarse de su olor sin culpar a donita.

Si había una palabra que describía su sentir, era perfecto.

Eso, hasta que su pequeña y hermosa creación decidió que ya era hora de salir a conocer el mundo exterior, y por qué no, a sus padres.

Tony recuerda dolor, mucho dolor, recuerda tener pelos en las manos después de zangolotear a alguien quien tuvo la muy mala suerte de preguntarle como se sentía, recuerda maldecir a cierto soldado, también recuerda de manera muy confusa sus gritos, y un recuerdo casi borroso sería el llanto de su bebé.

Agudo, fuerte, infantil. Sonrio entre sueños.

🔹🔹🔹

No tenía fuerza para absolutamente nada. Quería dormir tres días seguidos de ser posible, pero la imagen que tenía enfrente era algo que no se podía perder.

Steve mecia con ternura y delicadeza al pequeño bulto entre sus brazos, quien comido y cansado, dormitaba sin preocupación alguna.

Anthony sentía ganas de llorar.

—Es perfecto, Tony. —Steve no dejaba de ver a su cachorro, encantando por el aroma mezclado del Omega y él—. Es hermoso.

Anthony sonrio con los ojos a medio cerrar. Estaba agotado.

—¿Cómo le pondremos? —Escucho preguntar al soldado.

—Pensé que te había dado mi palabra... —El castaño sentía sus ojos muy pesados—, Su nombre es James.

Si hubiera aguantado unos segundos más sería testigo del rostro conmocionado del capitán.

🔹🔹🔹

Su pequeña Donita ahora era un bolita de masa con piernas y manos.

Tony acarició su cabellera rubia. Era de un color más oscuro que él de Steve, pero estaba seguro que con los días su cabello agarraría un tono parecido al del Alfa. Hizo un puchero al ver que su pequeño aún no abría los ojos.

Quería ver el color de estos.

—¿Sucede algo? —Steve, que guardaba todo en la mochila, lo miró curioso.

—Aún no abre sus ojos. —Respondió el Omega—. Supongo que no veré el color de sus ojos hasta que esté pequeño quiera.

Rogers rio. Él también quería ver el color de los ojos de su hijo.

Con paciencia, dejó que Tony le diera al bebé y que él mismo genio se recargara en él. Seguía cansado y sin ganas de hacer nada.

Tener un bebé no era una labor sencilla.

—Quiero ducharme. —Dijo el castaño mientras caminaban a su paso.

—Claro, amor. —Steve beso su cabeza en una maniobra extraña—. Llegando prepararé el baño.

Tony suspiro. Era bueno ser consentido por su Alfa.

Bebé a bordo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora