Capítulo 8. Regresar o.... ¿volver?

95 8 0
                                    

-Creo que ya debería volver a mi reino-comentó el chico terminando de desayunar.

La noche anterior el y Astrid habían dado un gran avanse tanto, que ya se consideraban novios.

Montaron un pequeño campamento en el llano para junto con los entrometidos, digo curiosos dragones que encontraron después a la mañana siguiente regresar a Villa Troll.

Todo indicaba que al menos disfrutaron de un increible y gran fiestón en el lugar. Los que no estaban durmiendo colgados en las lianas de un árbol estaban, tirados por doquier como las finas ojas de otoño.

Al despertar, se llevaron el tremendo susto de ver a dos magníficas criaturas como lo eran los dragones. Fueron un rato de pesca consiguiendo la necesaria comida para los pequeñines, furias y ellos mismos. Pero, en eso el príncipe recordó que llevaba fuera de su reino unos dos días.

Se espantó al darse cuenta de que su madre lo mataría y su padre le daría tanto sermón que podría regalar. Además que una buena idea surgió en su cabeza. Se despidó de la afiligida Astrid y la llorosa Popy quién insitió en que se llevará como dos toneladas de libros de cortes para que no los olvidara aunque prometió volver.

También del imperactivo Chimuelo quien le dió uno que otro lenguetaso de esos que no se quitan con absolutamente nada y la recelosa de Ligth quién solo amenazo con lanzarle un plasma si no volvía, raro verdad.

Luego de tan exagerada y dramática despedida montó en su corcel, el cual dejó olvidado y se encaminó a su reino.

Berk

Liv y su padre habían llegado a la melodiosa y prospera isla luego de dos días de viaje en barco y unas tres horas en carruaje.

El rey Estóico y la reina Valka aceptaron el compromiso arreglado, estaba totalmente pérdida, o quizas no. Al parecer el príncipe llevaba días de ausencia y tenía a todos preocupados y a ella completamente aliviada pero bueno, su suerte al parecer no duraría mucho..
.
.
.
.
.
.
Un todo sonriente y emocionado ojiverde cabalgaba de regreso a sus origenes.

Ya tenía un plan, se escusaría diciendo cualquier sermón o mentirilla que se le ocurriera y luego de unos horas de descanso, al siguiente amanecer volvería con Astrid, para entregarle un regalo de cumpleaños digno.

Pero claro, discretamente, además de robarle "accidental e "inocentemente" a su madre algun vestido, ya que creía que si seguía así su recién novia quizas contraiga un resfriado.

Una interrogante llegó a su cabeza ¿cómo reaccionarían sus padres cuando supieran que se sentía totalmente atraido y, porqué no enamorado de aquella preciosa chica que portaba ese don mágico, de aquellas criaturas que en tiempos remotos sus ancestros cazaron hasta la aparente extinción, que existían unos pequeños seres cantarines y fiesteros, que al parecer no se robaban los calsetines izquierdos como una vez le contó su padrino, o esas quejosas hadas que casi sufren un paro al corazón la primera vez que se vieron, Flora, Fauna y Primavera, así las presentó Astrid.

O de los curiosos e increíbles equinos entre ellos uno que otro pegazo, los susurrantes, pequeñas luces que parecían tener vida y que no eran más que almas de antiguos magos o portadores de encantamientos que no han podido abandonar este mundo, asunto que le dió demasiada tristeza al saber que algunos de ellos eran divertidos niños, como aquel que interrumpió su casi beso el día que conoció a la ojiazul.

Definitivamente mejor se ahorraba (por el momento) el tener que contarles, no quería que expusieran el lugar o dañaran a sus habitantes. Eso le dió una gran idea, se desvió un poco de su destino para ir al pueblo en la parte baja de las montañas. Conocía un lugar, a una persona y el obsequio perfecto para la chica...

New Berk

Parecía un chiste, se quejaba Eret mentalmente, hace ya horas que deberían haber llegado al reino con la carga que "su magestad" pidió, no hacia más que refunfuñar. Y encima no había dios que le sacara a Brutilda de encima.

-Eret, tooooodo listo- comentó sonriente Tacio mostrando su pulgar en alto luego de haber subido a la carreta el último Yack

-Así, es papasote-dijo la única chica melosa solo provocando en el una mueca de asco

-Tan hermosa..-suspiraron en conjunto el regordete y el fornido.

Mientras que, el pelinegro de ojos café quiso alarse el cabello con el tremendo equipo que tenía, y valla que sí.
Contaba con un tonto, cofinutilcof que no havia más que arruinar el poco trabajo que hacia, prueba inminente la recién carga comenzó a huir despavorida camino al bosque en cuanto le dió comezón en la espalda y se le ocurrió la fantástica idea de rasacarse con la puerta de la carreta.

Una gemela muy obsesionada con el, que era horriblemente pegajosa y tan inútil como su hermano. A dos despistados vikingos que no entendía que rayos le atraía de esa mofosa invasora de su espacio personal pero, que se enfocaban en acabar con su existencia y poca pasiencia, sumandole que le daban más atención a la joven que al trabajo.

Pero su disputa mental se vió interrumpida al igual que la de sus compañeros y en sí, todo el pueblo, al ver llegar en un caballo azabache a nada más y a nada menos que a su príncipe.

Tragó saliva, ya se imaginaba un "¡qué le corten la cabeza!" por no llevar el banqueta para el y su futura esposa pero, el castaño simplemente paso de largo camino a la forja, oportunidad que aprovechó para correr por su vida y en cuestión de segundos tener todo listo para partir junto a las cabezas de carnero.

Hiccup entró animadamente al lugar para verse cara a cara con el jefe de esa parte de su hogar. Su sonrisa se había ampleado mientras analizaba el lugar que ahora pisaba ya que le traía muy buenos recuerdos de su niñez.

Suspiró y comenzó a buscarlo, necesitaba su ayuda, de todas maneras aún faltaba para el amanecer y había tiempo de sobra ¿verdad? Una voz rasposa se escuchó a sus espaldas y al girase lentamente lo vió

-¿Pescadito?-

-¿Gobber?
.
.
.
.
.
.
.
.
..
.
.
.
.
Jajaja Fin del cap, aquí es el calentamiento ya mero el próximo cap es drama puro, releí la historia y me cuenta que le falta comedia por lo que intentaré repito intentaré darle más buena onda. Y pues apartir de este cap, Chimuelo pasa a llamarse Toothles y Bocón ya es Gober, por qué, dejenlo así.

Esto es lo que queda del mensaje Anterior...

Publicado él 26 de marzo

Reeditado él 10 de junio

Corazón de Cristal  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora