Año Bisiesto | JeanxEren

Epílogo

El día estaba estupendo: ni una nube en el cielo, el sol esplendoroso y el viento ocasional mitigando su calor. Era justo en esos días cuando valía la iniciar un viaje.
No obstante, el cochecito rojo se encontraba detenido a mitad de la carretera; su motor emitía pequeños ronroneos cuando intentaba encenderse, pero al final volvía a apagarse.
—¿Seguro que funcionará?—preguntó el ojiverde al joven a su lado, eso sí, luciendo una hermosa joya en el anular izquierdo. Ambos vestían de traje.
—No lo olvides: es un clásico—respondió el irlandés, portando un anillo que hacía la pareja de la sortija—. Y aparte logró sobrevivir a tus manos de estómago.
Eren hizo un puchero.
—Si tú me hubieras ayudado con las vacas, la tragedia se podría haber evitado...
—Si tú fueras menos impulsivo, habríamos tenido menos problemas o ninguno en absoluto.

Pese a discutir, ambos se sonreían mientras hablaban. Jean intentó encender el auto una vez más, sin resultado; el motor simplemente se negaba a arrancar. El otro se cruzó de brazos ante su necedad.
—"Mikasa" es una chatarra.
Jean le miró de reojo.
—Hey, NO es chatarra—afirmó, luego le dio unos golpecitos a la palanca de velocidades para que se destrabara—. Ah por cierto, ya no se llama así.
El ojiverde lo miró, luego desvió la vista y volvió a verle, Jean le sostenía la mirada. Resignado, puso los ojos en blanco.
—Está bien, morderé el anzuelo. ¿Cómo se llama ahora?
El irlandés sonrió con malicia.
—"Joyita".
Eren parpadeó y acto seguido soltó una carcajada. Le dio un golpe en el hombro.
—Pésimo nombre, Jean.
—Pero te reíste, así que valió la pena el cambio—repuso el mencionado, dándole una última vuelta a la llave de inicio y pisando el clutch. El auto emitió un rugido y dio unas pequeñas sacudidas—. ¡Ya está! Ahora... —se volvió al asiento trasero para recoger una guía de turistas y la abrió—. ¿A dónde?
Como respuesta, Eren se la arrebató y la lanzó hacia atrás; luego sacó un sándwich de su saco y le dio una mordida.
—Shólo condushe.
Jean parpadeó, sorprendido. Sonrió y negó con la cabeza.
—Está bien, "Bob".
El automóvil comenzó a alejarse por la carretera. En la defensa traía atadas unas latas y ligeramente abajo del medallón, un letrero que rezaba: Recién Casados.

Cierto par de supersticiosos les había advertido que era de mala suerte colocar latas que en conjunto sumaran 13... y que viajaran en un viernes 13. Sin embargo, Jean y Eren se sentían lo bastante afortunados como para tentar a la suerte una vez más. Después de todo, ésta sería su segunda aventura juntos.
—Espera, ¿dónde está Armin?—preguntó Eren tras pasarse el bocado.
—Tranquilo, está amarrado al techo.
—¿Lo amarraste al techo? ¡Se ensuciará!
—Descuida, lo echaremos a la lavadora y quedará como nuevo.
—¡Tú crees que esa es la solución para todo! ¡A ti te voy a echar a la lavadora a ver si quedas como nuevo!
—¿Qué estás insinuando? ¿Eh, abuela?
—¡Cierra la boca, duende cara de caballo!
—¿¡Otra vez con eso!? ¿¡No se te ocurren mejores insultos!?

El cochecito rojo se detuvo de súbito en el camino; a través del medallón se podían ver dos siluetas que hacían ademanes agresivos.
De pronto, ambas se quedaron estáticas y segundos después se abrazaron, chocando sus labios con una extraña mezcla de enojo y cariño.
Ése sería el comienzo de una interesante vida de casados.

^ FIN ^

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Yyyyyyy se acabó ahora sí :3

Me divertí mucho escribiendo esta historia, recordando a los novios enojados que siempre serán mi OTP en el mundo de Shingeki.

Muchas gracias a los que me siguieron hasta aquí, es agradable saber que también disfrutaron esta historia.
Debo confesar que tengo... varios oneshots que antes subí en la plataforma de FF, taaal vez suba uno que otro aquí ya pulidos. Así que... estén atentos ;)

Sin más, me despido de este bebé y lo cierro con mucha alegría.

¡Saludos!