Capítulo 23

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Definitivamente el helado debe ser la solución a todo, era mi octava cucharada repleta de helado y no me cansaba de comerlo, quedé agotada con el análisis del proyecto que debo presentar en la universidad, sé que falta poco tiempo para culminar y la verdad es que no me gusta dejar todo a última hora.

Mientras reía por los "Fails" de YouTube y comía de mi magnífico, único y sexy helado, fijé mi mirada en la puerta. Allí estaba él, como siempre, tal como me gusta.

Devolví mi mirada al computador y seguí disfrutando de mi helado.

-¿Piensas ignorarme? –me preguntó un poco asombrado.

-¿Debería? –Fui cortante. Solo quería que me explicara todo de una buena vez.

Respiró hondo –Amor... Clara no es nada, ¿sí? –Me giró del asiento.

-¿Por qué rayos piensa que tú sientes lo mismo por ella? –Arquee una ceja.

Él sonrió como un pendejo y de verdad es un idiota por eso.

-Hasta enojada te ves tan... –Pasó sus manos por su cabello -¡Dios! –miró hacia arriba y esta vez puso sus manos sobre las mías –Charl, quiero que sepas que te amo, la verdad es que no sé por qué esa loca inventa el cuento de que siento lo mismo por ella.

Reí al escucharlo, pues en realidad si está loca.

-Amor, debes creerme, es más, hoy mismo aclaré todo con ella y le dije que te amo, eso le bastará. Sé que soy irresistible, pero ya con eso creo que le será suficiente -Culminó.

Esta vez lo miraba con cara de: "¿Es en serio?"

Dios, ¿este hombre no puede ser más egocéntrico?

-Eres un idiota, ¿Sabías eso? –Eso fue cierto.

Sonrió –Ese es mi segundo nombre.

-No quiero que Clara siga pensado ese cuento absurdo, no quiero que le des motivos para que lo haga.

-por supuesto que no le doy motivos –Eso fue creíble.

-Bien, porque así como yo no le doy motivos a nadie tu deberías hacer lo mismo –Soné muy convincente.

Joss iba hablar pero se vio interrumpido por mi celular.

Una llamada.

Ambos vimos la pantalla y en ella se divisaba el nombre de Federick.

-Y no das motivos –me reprochó.

No es lo mismo Joss!

-¿Qué no? ¡Sabes que si es lo mismo!

El muy cabrón seguía llamando y tuve que contestar.

-¿Hola?

-Charlotte, ¿qué tal? Sabes me preguntaba si podríamos vernos hoy y hablar...

-Federick, la verdad es que... –Joss me miraba fijo –Hoy no puedo.

-¡Sí que puedes! Ve, no hay problema –Me dijo Joss lo suficientemente alto como para que Federick escuchara y enseguida lo fulminé con la mirada.

¡Qué inmaduro por Dios!

Ah! Entiendo –Me decía Federick y Joss se encontraba con dirección a la puerta para marcharse.

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