Capítulo 4

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—Hola—contesté de inmediato.

—Hola, soy Steven Brand.

—Oh, claro, ya recuerdo.

—Bueno, solo quería que agregues mi número y también quería desearte una excelente noche.

—Está bien, te agregaré, gracias, espero descanses muy bien. —Colgué y sonreí como una tonta.

Esperé que el sueño me abrazara poco a poco.

Desperté muy temprano pensando en ir al trabajo, pero Kate me avisó que no era necesario ya que solo debía pasar para firmar unos documentos, lo que podía esperar. Ya era medio día y me alisté para ir a la universidad.

Yo estudiaba de martes a viernes, desde las dos de la tarde hasta las cinco. Me agradaba ese horario y pese a las pocas materias que recibía no era tanto el tiempo de estudio.

—¡Charlotte, querida! —me gritó.

—¡Mel! ¡Que gusto! —La abracé.

—Oye, estoy fascinada con la nueva tendencia que lanzaron, ¡Tu madre es lo máximo! —me dijo, sonando encantada.

Enseguida vi su blusa y sus jeans. Eran de la nueva colección de More Styles.

Melany es una amiga de la universidad, con ella siempre se podía contar para todo. Jamás decía que no. Estaba en el mismo salón que yo y eso era agradable.

—¡Dios! ¿Por qué juntas tanta belleza? —exclamó Gustavo. Él es un chico sumamente divertido, otro de mis compañeros del salón. Siempre he creído que este par se gustan, pero jamás lo aceptan.

—Oye, ¿hiciste la investigación que enviaron? —preguntó, Melany a Gustavo.

Él puso cara de sorprendido y no pude evitar reír.

—Eso es un no—respondí por él.

—A lo mejor falté a esa hora—dijo, sonriendo.

—Debes estar borracho, ¿cierto? Tavo, tú estabas en la clase.

Se me hacía costumbre decirle Tavo, casi siempre elimino letras de los nombres de mis amigos.

La tarde se me esfumó en cuestión de horas, este día se estaba yéndose muy rápido.

Íbamos saliendo del salón y Tavo nos detuvo.

—Por cierto, he quedado en ver a mi primo, se cambió de horario y ahora estudiará en la noche.

¿Primo? No sabía que Tavo tenía primos.

—¿Es aquel chico del que me hablaste hace unos días? —le preguntó, Melany.

—Sí, ese mismo. Aprovecho y se los presento.

Mel y yo nos miramos y decidimos acompañarlo.

Había un chico apoyado a una moto. Tenía puesta una chaqueta negra, la cual dejaba ver el contorno de sus pronunciados brazos. Estaba de espaldas, aún no lo veía y sentí algo extraño.

—¡Steven! —gritó Tavo, para llamar su atención.

El chico giró y lo único que hizo fue plasmar sus ojos en mí.

Era aquel tipo que estaba la noche anterior en el lanzamiento de la nueva colección, aquel que me pidió el número.

¡Mierda! ¡Mierda!

Ambos se saludaron y Steven no me quitaba la mirada de encima.

—Te presento a mis amigas. Ella es Melany y ella es...

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