Capítulo 36

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Joss por su lado y yo por el mío, así era como estábamos en ese momento ya que la fiesta de despedida de solteros comenzó. Mel se había hecho cargo de todo y esta vez me encontraba dentro del auto apunto de descubrir lo que mi mejor amiga había organizado.

Llegamos hasta la puerta del local y Mel me tomó por sorpresa de los hombros haciendo que la mire fijo a los ojos.

-Lo que pasa en la fiesta, se queda en la fiesta -Me dijo sonriente.

-No voy a acostarme con nadie -alcé una ceja.

-Eso no lo sabes -Rió con ganas. Se puso de frente y me tomó de la mano mientras que con la otra abría la puerta, ingresamos y me di cuenta de la "pequeña" fiesta que Mel había organizado.

Chicas de la Universidad, de la empresa, amigas de mi madre, mi suegra y por si fuera poco la maestra White. La maestra White nos daba economía, era una mujer realmente bella y muy inteligente, además de su buen carácter y humor.

Cuando llegué hasta la mesa de anfitriona los gritos no se hicieron esperar, de repente la música dejó de sonar y las luces se apagaron, creí por un momento que sufrimos un apagón pero no, descarté esa idea de inmediato cuando el humo artificial empezó a apoderarse del lugar.

Me puse de pie porque empecé a asustarme ya que de la nada todo estaba en absoluto silencio, de repente sentí una venda cubrirme los ojos y empecé a ser dirigida por alguien, no podía ver absolutamente nada pero el miedo desapareció cuando escuché las voces alocadas gritar detrás de mí nuevamente.

Sentí una silla detrás de mis rodillas y era señal de que debía tomar asiento, así lo hice y poco a poco empecé a examinar lo sucedido a medida que la venda desaparecía de mis ojos.

En frente de mi tenía a un "doctor" bailando de la manera más sensual y jamás vista en toda mi vida, mientras lo observaba no dejaba de reír por todo lo sucedido y fue entonces cuando otro chico se acercó y me instaló unos aparatos en el brazo izquierdo que por alguna extraña razón visualizaba mi presión en la pantalla gigante.

Esto no podía ser más vergonzoso...

Vamos Charl tu puedes! -Gritaba Mel a mis espaldas y en ese momento solo sentía ganas de estrangularla.

Respiré hondo y me acomodé en el asiento, el "doctor" cada vez se acercaba más y a medida que lo hacía las prendas desaparecían como por arte de magia.

Pasaron unos cuantos segundos y todas empezaron a aplaudir y eso era señal de que lo estaba haciendo bastante bien.

La fiesta continuó y poco a poco la diversión era común entre nosotras, hubo diferentes juegos, como competencia de chupitos, juegos de baile, karaoke, pero lo que más me impactó fue observar aquella piscina, tenía chocolate y dentro dos adonis esperando por mujeres arrebatadas y entre ellas Mel y... no quisiera aceptar esto pero mi suegra se hallaba allí también, decir que todo fue una locura es poco.

Hasta el momento no había tenido señal de vida por parte de Joss, eran ya las 4 am y poco a poco mis amigas empezaron a marcharse, no sin antes felicitarme por la increíble fiesta.

A decir verdad, me divertí muchísimo, bebí pero no tanto, en cambio Mel... decir que parecía marioneta no sería exagerar.

Cuando llegué a la casa sentí un frío recorrerme la piel, me quité los tacones y me dirigí a las escaleras para llegar al dormitorio.

En cuanto subí el primer peldaño escuché a alguien detrás mí, giré y lo miré, tenía esa sonrisa que tanto amo y me pregunté...

¿Algún día me cansaré de su sonrisa, de sus locuras, de sus ocurrencias, de él?

No lo creo, más bien pienso que la palabra amor engloba eternidad, porque deseo verlo, tenerlo y por sobre todo, amarlo por siempre.

-¿Te divertiste? -Lo examiné de pies a cabeza, tan fresco como de costumbre, sin camisa, descalzo y ese pantalón a la cadera.

-Te extrañé -Respondí realizando un puchero.

Se acercó a mí y me tomó de la cintura haciendo que quede poco espacio entre ambos.

-Yo también -Sonrió de lado -Pero decidí venir un poco antes.

-Pensé que hoy iba a dormir sola -Le dije, sonando obvio mi sarcasmo.

Reímos.

-No sé por qué tengo amigos tan borrachos y mujeriegos -Su expresión y su tono de voz eran tan actuados, no soporté su cinismo y reí una vez más.

-¿Tuvieron un buen maestro? -lo miré fijo.

-Charl... -llevó su índice hasta su barbilla. -Yo que tu me porto bien esta noche.

-Y... ¿Si no quiero?

Sonrió travieso.

-Bueno, en ese caso... -Acomodó un mechón de mi cabello. -Estoy dispuesto a ser un malcriado e irrespetuoso contigo -me guiñó un ojo.

Rodee su cuello con mis manos, enlazandolas detrás de él, me acerqué un poco más y hablé cerca de sus labios, como un susurro.

-Entonces... vamos a portamos mal -Lo besé.

Joss se inclinó un poco y llevó mis piernas a la altura de su cintura, mientras mis manos se posaban en su rostro y las suyas en mi trasero, el beso se intensificaba aun más.

Subió conmigo en sus brazos hasta el dormitorio, sin bajarme de su extremidad me ayudó a deshacerme del vestido, quedando en tan solo ropa interior.

Caí de espaldas a la cama y él empezó a besar desde mis pies, hasta mis muslos, llegando a mi ombligo y luego hasta mis pechos. Se detuvo allí y me incorporé un poco para darle mejor acceso a mi brasier, me lo quitó de manera que mis senos quedaron al descubierto, besó por esa parte suave y estremecedora para mí, llegó hasta mi boca y me propinó una leve mordida.

Rodee mis piernas en su cintura y podía sentir su órgano viril erecto, tomó mis manos y las llevó a la altura de mi cabeza y con una de sus manos me las sostuvo y comenzó a apoderarse de mi cuello dejando un camino de besos por mi clavícula, llegando a mis senos y humedeciendolos con su lengua.

Definitivamente no hay nada mejor que estar con la persona que amas.

6h00 am y no teníamos ni una sola pizca de sueño, Joss estaba acostado a mi lado y yo tenía mi cabeza reposando en su brazo, mientras él me acariciaba el cabello.

-¿Tienes idea de toda la vida que nos espera juntos? -Le pregunté.

-Tengo la idea de vivir junto a ti hasta cuando pueda -Me respondió.

-Tengo la idea de amarte siempre -Sonreí.

-Ven acá, nena -me tomó de los brazos y me atrajo más a él dándome un abrazo caluroso. -Te amo demasiado Charl, juro que me haces enormemente feliz, contigo deseo muchas cosas, si no es contigo mejor que no sea con nadie -Intensificó su abrazo. -Pronto serás mi esposa y... no habrá marcha atrás -Rió.

-No quiero que la haya, te amo -Le dije y me incorporé para atrapar sus labios junto a los míos. -deberíamos intentar dormir un poco, nos hemos desvelado.

-Pero me fascinó esta forma de desvelarnos -Sonrió. -Si así son los desvelos, prometo no dormir nunca mientras estés en esta cama.

-Ja ja ya cállate, dañas mi mente ingenua y pura. -Reí.

-Uff si... disculpe usted madre superiora.

Sellamos el fin de la conversación con un beso y dejé que poco a poco el sueño invadira mis pupilas.



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