Don

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- Bart, ¿quieres apresurarte? -

Irónico. 

- Puta madre, Jaime, hoy estoy cansado. ¿Por qué no podemos ir a sentarnos a los columpios? - Respondió el joven pelirrojo, algo irritado.

- Vamos, quiero que veas algo bonito - Dijo el mexicano mostrando su blanca dentadura.

Ya estoy viendo algo bonito.

Caminaron sobre el pasto por unos minutos más, con cada paso que daban, el sonido de las risas de sus compañeros disminuía. Llegaron a un gran y viejo naranjo, bajo el cual se sentaron.

Jaime se quitó el verde suéter del colegio, mientras sacaba una pequeña bocina y la conectaba a su celular bajo la atenta mirada del menor. 

Llevaban medio año en México, y estarían un buen tiempo más. Aunque para Bart era difícil acostumbrarse a una secundaria mexicana, el ritmo de vida era tan emocionante e incluso surreal algunas veces. 

Jaime se había encargado de empaparlo de cultura popular propia del país, diciendo que no podía vivir en el ombligo del mundo sin conocer de cultura general dosmilera. Amores Perros, PXNDX y Lucha De Gigantes eran sus cosas preferidas sobre todas las demás.

Lo más difícil era comprender los modismos tan comunes entre la gente. Dominaba perfectamente el español, pero aún se le escapaban esas cosas. ¿Qué es un ratito? ¿Por qué Jaime y sus amigos lo decían tanto? ¿Un ratito es mucho o poco tiempo? ¿Alguna vez entendería la complejidad filosófica del ratito? Al parecer no.

Se había perdido tan de repente en sus pensamientos que no escuchaba a su novio llamándolo hasta que se vio forzado a pellizcar su brazo.

- AHHHH, ¿Qué te pasa, idiota? - Se quejó Bart, su piel era tan blanca que no tardó en aparecer la roja marca que delataba que algo lo había lastimado

-Pues no me haces caso, wey- dijo el pelinegro, a la vez que se acercaba a su pequeño para darle un beso. Sabía que con eso, el ojiverde perdonaría lo que fuera.

Y así fue.

-¿Ya me mostrarás eso tan bonito?- 

-Claro, bebito-

Los colores se apoderaron de las mejillas de Bart, mientras Jaime sonreía con ternura y reproducía la canción en el dispositivo. La alegre atmosfera que creaba el ritmo de la melodía hizo reír a Bart, quien observaba a su novio cantar a todo pulmón.

- Una mañana te veré llegar y descubriré que yo, solo ya no estoy mejor. Y te pediré que me acompañes. ¿A dónde? En verdad no sé, dime que sí, miénteme - Miro a Bart a los ojos, cantando para él.

Bart no cabía en sí de la felicidad, era un momento precioso. Jaime siempre encontraba la forma de derretirle el corazón.

Podría ser que al final, rompiste el cristal en mí. Podría pasar que me hagas hablar, yo creo que tienes el don de curar este mal - Tomó la pálida mano de su pequeño, siendo bastante evidente el contraste entre la suya y la propia.

La tarde transcurrió entre música, besos, abrazos y risas.

Eran jóvenes y tontos, la vida jamás había parecido tan fácil. Tenían un gran para siempre frente a ellos, se asegurarían de disfrutar cada momento juntos.


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⏰ Última actualización: Mar 21, 2021 ⏰

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𝐁𝐥𝐮𝐞𝐩𝐮𝐥𝐬𝐞 𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora