When You're Gone

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Hola Jaime.
Te escribo ésta carta para dirigirme a ti una última vez, creo que es justo que sepas la historia antes de que tu memoria se fuera.

Bueno, trataré de no extenderme demasiado o si no mis lágrimas terminarán por correr la tinta y estropear todo.

Nos conocimos un mes de julio, para ser precisos, el 28 de ese mes del año 2014. Al día de hoy se cumplen exactamente 5 años, los 5 años más felices de mi vida.

Ya conoces la parte de la historia que dice que yo soy un viajero en el tiempo, proveniente de un futuro post apocalíptico, y que vine a evitar que te convirtieras en un genocida y bla, bla, bla.

Eso es lo de menos. Lo que en verdad me interesa que sepas es lo que pasó entre nosotros durante ese tiempo. Después de terminar con la invasión, tú y yo nos volvimos muy cercanos, algo así como mejores amigos, a excepción de que no éramos amigos. Éramos algo más, algo que ninguno de los dos se atrevió a definir por un buen rato.

Cuando te conocí eras muy frío y serio, siempre que trataba de acercarme a ti me apartabas, algunas veces de maneras muy bruscas. Pero yo jamás me detuve, tus ojos reflejaban algo que no podía descifrar y realmente me intrigaba.

Un choque de puños, un abrazo, un beso, en cuestión de unos meses te volviste mi otra mitad, tu forma de ser conmigo cambió radicalmente y me mostraste tu lado más dulce y sincero. Lograste enamorarme rápidamente.

Nuestra relación iba bastante bien, no pasaron más de dos años cuando nos mudamos juntos. Las románticas mañanas y las apasionadas noches eran algo de lo que más disfrutaba de estar contigo. Cada misión lejos de ti era una lenta tortura que parecía no tener fin, pero todo valía la pena cuando abría los ojos y tú te encontrabas a mi lado, con esa hermosa sonrisa que me hace sentir en mi hogar.

A los 4 años y 8 meses me pediste matrimonio, organizaste una fantástica cena a la luz de la luna y me entregaste un hermoso anillo de oro con un pequeño zafiro azul incrustado, nunca me había sentido tan dichoso y mis lágrimas de felicidad rodaron por mis mejillas.

Ese mismo mes decidimos que adoptaríamos a un par de gemelos luego de la boda. Ser padre era algo que te tenía muy entusiasmado, siempre que surgía el tema, en tus ojos aparecía un brillo especial. Se llamarían Jesús y Mariana.

A los 4 años y 9 meses ocurrió el accidente. Nos encontrábamos en una misión especialmente peligrosa en Metrópolis. El viejo némesis de Miss Martian, Psymon, se encontraba causando estragos en la ciudad. Para nuestra desgracia, la telepata se encontraba en su Planeta natal arreglando asuntos personales. Los encomendados a la misión fuimos nosotros dos, Artemisa, Superboy, Terra, Starfire y Nightwing.

Todo iba bastante bien, habíamos sometido a Psymon, o al menos eso nos hizo creer. La emboscada resultó exitosa.

Cuando despertamos estábamos en una especie de laboratorio. Todos nos encontrábamos encadenados con collares inhibidores, todos excepto tú. Pasó lo que pareció una eternidad hasta que los demás dieron con nuestro paradero. Al llegar al cuarto en el que estabas encerrado el alma se me cayó a los pies. Estabas encerrado en una especie de tubo, en el cuál te daban descargas eléctricas. Tenías algunas quemaduras en el cuerpo, nada que no pudiera sanar. Lo que no sabía es que tu mente había sido manipulada.

No recordabas absolutamente nada más que tus primeros 16 años de vida. No recordabas que tenías al escarabajo en tu espina dorsal, no recordabas haberte unido al equipo, no me recordabas a mí.

Pasó otro mes y recordabas lo esencial. No quise contarte de lo nuestro para no abrumarte, gran error, porque fue cuando Traci apareció.

En los dos meses siguientes tu sonrisa regreso, pero ésta vez no era por mí. Tal vez así sea mejor, ella puede darte muchas cosas que yo jamás podría. Puede darte una buena imagen ante la sociedad, puede darte una estabilidad emocional, ella puede darte hijos.

Es por eso que hoy, a 5 años de habernos conocido, y después de entregarte todo lo que podía ofrecer, he decidido marcharme para permitirte ser feliz. Sé que ésta carta puede hacerte sentir mal, pero no es nada que no puedas superar con el apoyo y amor de Traci.

Nightwing encontró la manera de reparar el viejo cacharro en el que llegué a éste tiempo, y puedo volver al mío. Lamentó no poder darte ésta hoja personalmente, hacerlo destrozaría el poco orgullo que aún me queda. Le he pedido a Artemisa que te la dé justo después de iniciar mi viaje, cuando leas esto yo ya no estaré ahí, pero quiero que sepas que una parte de mi corazón se quedará contigo, te dije que te pertenecería sin importar que, y es una promesa que cumpliré hasta mi último respiro.

Con amor, Bart.

𝐁𝐥𝐮𝐞𝐩𝐮𝐥𝐬𝐞 𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora