Agresivo [l.s]

sixteen

Harry mantenía sus manos en sus bolsillos, tratando de ignorar la insaciable necesidad de fumar ahora mismo, en aquel instante. Quería gruñir frustrado, quería correr, ir en busca de Louis y abrazarlo.

Solo abrazarlo, tan solo tenerlo cerca y abrazarlo contra su pecho. Rogar y suplicarle perdón, explicarle la situación tan difícil por la cual estaba pasando.

Pero no podía, al menos no aún.

Alejamos a las personas que amamos para protegerlas muchas veces; ya sea protegerlas de otros, o de nosotros mismo. Nos conformamos con verlas felices y a salvo a la distancia, aunque nosotros no seamos los causantes de su felicidad.

Harry quería golpear la dura pared de hormigón hasta que sus nudillos sangraran, quería gritar frustrado hasta que su voz se desgarrara y quería llorar hasta que simplemente no le quedaran lágrimas.

Harry se limitó a relamer sus labios ansioso.

El teléfono volvió a sonar.

El rizado cerró sus ojos, sentado en el borde de su cama y con sus codos apoyados en sus rodillas. Mantenía sus ojos cerrados, y tan solo quería ignorar el insoportable y quejumbroso sonido chirriante de la llamada.

Te está llamando, él te está llamando. Se la va a llevar, y no vas a poder hacer nada.

Harry agarró su teléfono, sin siquiera mirar quien es.

"¿Diga?"

"Creí que hablamos que siempre me contestarías los mensajes, Harry" la voz grave y lenta habló, su mano apretó el teléfono y sus nudillos se pusieron blancos.

"Y, hablo en serio, ¿por qué todas las tiendas me tratan como una mierda?" habló Liam, que seguía hablando de su anécdota de ayer en una zapatería. Louis y Liam fueron porque Louis quería mirar alguna zapatilla nueva, y les atendió una jodida mujer chillona y entrometida.

"¿Tan horrible fue?" Niall mascaba un sándwich de mortadela, Liam hizo una mueca de asco.

"Lo primero, come con la boca cerrada, es asqueroso ver lo que comes." Liam pidió. Niall sacó su lengua, enseñando toda su comida y masticando exageradamente ruidoso, Liam gruñó irritado y le tiró una servilleta hecha una bola de papel. "¡Jodido guarro, come bien!"

"¡A Louis no le molesta!" tarareó triunfante Niall, "¿Verdad, Lou?"

"¿Lou?" Liam lo llamó también.

Ambos siguieron la concentrada mirada del pequeño ojiazul, encontrándose con Harry a la distancia apoyado en su coche mientras fumaba. Mantenía su ceño fruncido y trataba de tener éxito alguno prendiendo el maldito cigarrillo entre sus labios.

Se veía bien con esa gorra suya hacia atrás, con sus salvajes y rebeldes rizos bajo ella. Llevaba la chaqueta roja de la Universidad y sus jeans negros rasgados, con las Converse atadas de manera desordenada alrededor de sus tobillos en vez de un lazo.

A su lado, los del equipo de futbol americano saludaban con mucho entusiasmo y afecto a su capitán. Louis sabía que ellos admiraban a Harry y estaban dispuestos a hacer lo que sea por él, siendo tal el extremo que uno de ellos se ofreció a llevar a Louis a su casa un día que Harry debía ir a hablar con el entrenador. Eran sacos de esteroides amorosos, después de todo.

Lo que Louis no entendía, era por qué había un chico coqueteando con Harry. O eso parecía intentar al menos.

"Parece que Harry ha venido finalmente" Tyler comentó, asustando a Liam por su sigilo y repentina aparición. El chico amante del rap volvía de matemáticas, después de una agotadora clase.