Tatuaje
Valentín sintió el flechazo ni bien la vio acercarse a la ronda. Sabía que Malena iba a llevar a una amiga, pero no se imaginó que a ella. La había visto en las fotos que subía Male a sus redes y le había parecido linda, ahora se daba cuenta de que las fotos no le hacían justicia. Era hermosa.
- Che, yo me voy a preparar algo para tomar, alguno quiere algo? - la escuchó preguntar.
- Armate una jarra de vino y compartimos - dijo Wawa.
- Dale, armo una - contestó Lucía en un titubeo y la vio caminar hacia la mesa. Dudó un poco, pero terminó acercándose de todos modos.
- Nunca hiciste una jarra, ¿no? - dijo una vez que llegó a su lado. Lucía se sobresaltó un poco.
- ¿Se nota mucho? - dijo apenada mientras lo miraba tímida.
- Tranqui, no a todos les gusta el vino. Estos porque son unos borrachos de mierda - dijo y ambos rieron - Vení que te enseño.
Se dedicó a cortar la botella y quemar sus bordes y luego le explicó cómo tenía que prepararlo. Lucía le prestaba mucha atención y él se esforzaba por no ponerse nervioso.
- Te salió riquísimo, ya sos una experta - dijo sonriendo y dando otro sorbo.
- Es todo mérito tuyo - contestó ella.
- Boludeces, tenés un don - dijo risueño - ¿querés probarlo? - ofreció.
- A ver - agarró el vaso con ambos manos y le dio el primer sorbo - ¿cómo puede ser que nunca lo haya probado? Esto está buenísimo - dijo ella volviendo a dar otro sorbo. Valentín largó una carcajada.
Habían pasado varias horas ya y él ya estaba medio entonado. Entre el vino, el porro y los shots ya no sabía qué le había pegado más. No se despegó de Lucía en toda la noche y ella parecía disfrutarlo. Buscaba hacerla reír con cualquier cosa porque se había vuelvo adicto a la risa suave de la castaña. Bailaban un cuarteto con los ojos chinitos y a carcajadas cuando notó que se le apagó un poco la mirada. Disimuladamente miró hacia donde ella lo hacía y entendió. Malena había contado algo muy por arriba, así que imaginó que ese era el salame que la dejó de un día para otro.
- Había una vez un perro que se llamaba pan y al otro día amaneció duro - le dijo en un intento desesperado de despertarle de nuevo ese brillo en los ojos.
Lucía lo miró y largó la carcajada más fuerte de toda la noche. Y él se sintió realizado.
A las 6:30 ya sólo quedaba la ds3 y las dos chicas en la casa. Se dispusieron a ordenar un poco antes de irse para que Tadeo no tuviera que lidiar con todo solo al otro día. Una hora más tarde la casa se encontraba impecable.
Lucía se encontraba sola en el patio, sentada en un cantero y fumando un cigarrillo. Había dejado a Malena sola un rato con Depa antes de irse, se lo merecían. Valentín la vio desde adentro y decidió acercarse otra vez. Ella miraba un punto fijo mientras largaba el humo.
- Te dejaron más solari que al indio - dijo en un intento de ser gracioso.
- Male se lo merecía, no me abandonó en toda la noche. De hecho, yo la abandoné un poco - contestó ella, refiriéndose a que había estado pegada a él durante toda la velada.
- ¿Tan mal la pasaste conmigo? - preguntó tímido.
- No - se apresuró a decir - para nada. La pasé excelente, me caíste de diez. Pasa que no es mi mejor momento - hizo una mueca y le sonrió chiquito.
- Male nos dijo algo - Lucía arrugó la frente - no la mates. Vino una tarde a una juntada re enojada y se descargó un poco. Dejame decirte que el pibe es un salame - dijo.
- No me estás diciendo nada nuevo - le chocó el hombro a modo de juego - Cosas que pasan, qué sé yo. Ya se va a pasar.
- Estaba hoy acá, ¿no? Es que en un momento medio que te fuiste - explicó moviendo las manos.
- Sí, lo vi con la novia. Bien igual, pensé que me iba a sentir peor, pero nada que ver - dijo - hiciste todo más ameno con tus chistes malos - rió.
- Bueno, me alegra haber ayudado a pasar el mal trago - dijo - cuchame - se rascó la nuca nervioso - me pasas tu número? Me caíste re bien y me gustaría que sigamos hablando.
- Sí, dale - sonrió y Valentín festejó internamente - anotá.
Malena salió a avisarle que el remis ya estaba en la puerta y ella se despidió de Valentín con un beso en la mejilla y un mini abrazo. Valentín la vio alejarse y se quedó pensando en qué tan mal estaba al querer mandarle en ese mismo instante un mensaje.
Valentín
Lu, avisa cuando lleguen :)
7:55
Bien, algo simple que no quedaba invasivo. Se arrepintió al instante. Era un pesado, había estado toda la noche con ella y ya le estaba hablando de nuevo. Necesitaba aprender a manejar su intensidad.
- Parecías un abrojo chabón - le dijo el Depa - toda la noche pegadito, no la dejabas sola - lo molestó.
- Callate salame, ¿qué decís? - contestó nervioso.
- Todo bien boludo, es buena mina según Male. Si querés organizo algo con ella así la volvés a ver - le propuso.
- La sutileza no es lo tuyo Depa, dejá - contestó, aunque pensó que no era una mala idea.
- Pero podemos invitarla a alguna juntada a la tarde, le digo a Male que la traiga. No te hablo de una salida de cuatro, no soy tan obvio - dijo revoleando los ojos.
El celular de Valentín vibró y el pudo ver su nombre en la pantalla.
Lucía
Llegamos Valen, gracias por preocuparte <3
8:15
Valentín
Buenísimo, que descanses Lu <3
8:16
Se acostó en el colchón que su amigo le había tirado en el piso de su pieza y sonrió. Había sido una excelente noche y no podía esperar a que los chicos organizaran una juntada. Quería volver a verla y demostrarle que no todos eran igual de salames que su ex. Al menos no él.
Vos llevás un tatuaje que va muy bien con tu tristeza
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Peperina
Teen Fiction«Y dentro de su cuento ella era cenicienta, su príncipe era un hippie de los años sesenta»