0 3

466 30 1
                                    

Cementerio club

Enero 2014

Había pasado más de un mes desde la primera y única vez que Valentín tuvo la chance de ver a Lucía. Después del cumple del Depa ella se fue de vacaciones y justo cuando estaba volviendo, se fue él. Se mantuvieron en contacto todo ese tiempo, si no le hablaba él, ella le mandaba algún meme o video. Se les había hecho costumbre recomendarse música, aunque a ambos les gustaba más o menos lo mismo, o escucharla juntos cuando hacían videollamada por skype. Habían formado algo súper lindo y lleno de confianza, pero no se animaba a decirle de manera directa que le gustaba. Obvio le había tirado algunos palos, pero parecía no cazarlos, o él no le interesaba como algo más que un amigo. 

Hoy la iba a ver de nuevo. Habían organizado una mateada en un parque y Malena la iba a llevar. Estaba nervioso porque pensaba decirle lo que le pasaba y tenía miedo. Miedo al rechazo y a perder lo que tenían. Tadeo lo sacó de sus pensamientos revoleándole una almohada y gritándole que se apure, que la ds3 ya estaba lista. 

Trató de ponerse lo más fachero posible para impresionar, por eso, en vez de un short de fútbol, se puso una bermuda de jean. Cuando salieron de la casa, Lucía le avisó que estaban a 10 minutos, así que se apuraron para llegar antes. 

Estaban tirados en el pasto cuando la vio llegar. Tenía puesto un vestidito floreado suelto que le llegaba arriba de las rodillas y sus vans. Venían riéndose de algo y a él le explotaba el corazón de amor. Se paró para saludarla y Malena se rió de su desesperación.

- Hola Lu - dijo dándole un beso en la mejilla y un abrazo - ¿Cómo estás? Tanto tiempo

- Hola Valu - le correspondió - todo bien, ¿vos? Viniste re cariñoso - dijo sonriendo

- Siempre soy cariñoso con vos Lu - dijo tímido. Ella se limitó a sonreír y a terminar de saludar a los demás.

- Disimulá un poco salame - le dijo Malena

- ¿De qué hablas tonta? 

- Se nota desde mi casa que te gusta, nos dimos cuenta todos menos Lucía

- ¿Tan obvio soy? 

- Un poco, pero tranqui. Ella está igual - le palmeó el hombro y se fue a sentar al lado de Tadeo.

Valentín estaba gritando de felicidad en su interior, no podía creer lo que le había dicho Malena. Lucía gustaba de él. Se fue a sentar con la cabeza en cualquier lado y trató de integrarse en la conversación.

- Fue súper lindo, yo amo San Luis y amo ir cada año y ver a mi familia - decía Lucía - Es el único momento en el que los veo.

- Qué lindo Lu - le dijo Tobo - la próxima trae alfajores - la molestó.

- ¿Quién te dijo que no traje? - dijo la castaña sacando una bolsa de su mochila.

Los chicos empezaron a gritar y se le tiraron encima para abrazarla mientras ella pataleaba y gritaba que quería respirar. La tarde se pasó volando y cuando se pararon para empezar a caminar rumbo a casa, Valentín sientió que le tiraron del brazo.

-  A vos también te traje algo, Valen - le dijo.

- Pero si ya nos diste los alfajores a todos - contestó - no hacía falta

- Bueno, pero vos sos más importante que todos - dijo sonrojada - nuestra amistad es diferente. Yo no hablo con ellos todos los días, y aunque los adoro, no tengo la confianza que tengo con vos.

Sentía que el corazón se le iba a salir del pecho. Le tendió una bolsita chiquita y un paquetito más grande. Abrió el más grande primero y se encontró con una cerveza artesanal, ya lo conocía bastante como para saber lo amante que era de la birra. 

- Gracias Lu - dijo sincero - la próxima vez que nos veamos la tomamos juntos - la vio achinar los ojos.

- Lo otro es una boludez medio cursi, en su momento me pareció buena idea pero ahora me arrepiento un poco - dijo.

Abrió la pequeña bolsa y se encontró con una pulsera artesanal que tenía un pequeño dije con una L. 

- ¿L de loca? - dijo molestándola - Está hermosa Lu, me encanta. Ahora te voy a tener siempre cerca aunque te vayas a mil kilómetros de distancia.

- ¿Te gustó en serio? - asintió sonriendo - Yo tengo la misma, pero tiene una V - le mostró su muñeca - Es para representar nuestra amistad.

Amistad. Empezaba a poner en duda todo lo que Malena le había dicho, lo estaba poniendo nervioso no saber qué le pasaba a Lucía con él. No sabía si iba a poder soportar el rechazo, el corazón le explotaba de amor cada vez que pensaba en ella. 

Le sonrió y la abrazó fuerte, queriendo transmitirle de alguna manera lo que sentía. Cuando se separaron, empezaron a caminar todos juntos. Lu y Malena tenían que ir para otro lado, así que el Depa y Valentín las acompañaron para que no vayan solas. Cuando llegaron a la esquina de la casa de Malena esperaron a que los tortolitos se despidan. Saludó a Malena con un beso en la mejilla y a Lucía igual, pero cuando pegó media vuelta tiró de su mano y, por un impulso o una fuerza mayor que no pudo manejar, la  besó. Fue un beso cortito, hasta tímido, pero cargado de amor. Cuando se separaron la miró con miedo, pero Lucía le sonrió y se fue. 

Justo que pensaba en vos, nena, caí muerto.

PeperinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora