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Guadalupe

Después de esa juntada en casa y un par más, se había consolidado un grupo bastante compinche para hacer diversas cosas. India había empezado a salir con Esteban y a Lucía le gustaba Mauricio, pero él parecía estar medio en otra. Solían juntarse para ir a pasar el día a algún parque, Lucía le hacía la segunda a India para que vea a su nuevo amor y terminaban teniendo citas de a cuatro súper improvisadas que salían bien. Citas sin ninguna intención de parte de ella ni de Mauricio, Lucía se había resignado a ser amigos. Ni siquiera lo iba a intentar, por muy confusa que fuera a veces la situación. 

Con Valentín estaba todo bien, al menos de su parte. Él, como cada vez, había dejado de seguirla en todos lados porque estaba de novio otra vez. Así que no estaban en contacto, pero no había mala onda. Y la castaña había aceptado que todo era pasado y que, si bien había sido lo más importante, ya no tenía razón de ser. Se conformaba con saber que se llevaban bien y que no había rencores. Odiaría llevarse mal con alguien a quien amó tanto, le agradaba haber sanado.

Era sábado y habían organizado juntarse a comer en lo de Mauricio, unas pizzas y unas birras para pasar el rato. No sabía si estaba flashando, si era la birra o el porro que habían fumado, pero sentía una vibra sexual extraña cada vez que se acercaba al dueño de casa. En un momento de la noche, encontraron una espuma de fernet y empezaron a dibujarse bigotes y cosas en la cara. A Lucía no le había gustado el sabor, así que se sacó el bigote con el dedo y Mauricio aprovechó y chupó toda la espuma desde ahí, mirándola pícaro. Ella no hizo más que reír nerviosa y buscar a sus amigas. 

- Che, ¿el baño? - preguntó la castaña.

- Vení que te acompaño - dijo el dueño. India, sin captar nada, se sumó.

- Me dejás ir primero? No aguanto más - preguntó su amiga.

- Sí, tranqui - y esperaron en el comedor.

- Me gusta cómo tenés el pelo - dijo Mauricio - Bastante jugado - Y es que Lucía esa tarde había ido a la peluquería por un corte Pixie y lo estaba estrenando esa noche.

- Gracias, es muy cómodo - dijo sonriendo.

- Listo reina, te banco acá - dijo India.

Cuando Lucía salió del baño, se encontró solo con Mauricio esperándola.

- India se fue a ver no sé qué cosa con Malena - rió - Le había estado mostrando unas boludeces del living, porque antes se entraba por acá a casa - dijo caminando mientras Lucía lo seguía hacia un nuevo rincón.

- ¿y por qué ya no?

- Se rompió la puerta y siempre dio paja arreglarla, entonces ya entramos todos por el garage - dijo riendo - Che, hace frío está re empañado el vidrio.

- Mal, podés escribir - dijo empezando a escribir su nombre.

- Así no se hace la m cursiva, bruta - dijo imitándola - Así se hace.

- Bueno, pero yo escribo mezclando la cursiva con la imprenta, así que es válido.

- No, no lo es - dijo mirándola fijo.

- No podés decirme qué es válido y qué no, no sos la rae - dijo burlona, sosteniéndole la mirada.

Y se besaron. Ninguno de los dos sabe quién fue el que dio el primer paso, pero saben que fue el mejor primer beso. Lucía estaba fascinada y él no paraba de acariciarle el cuello de manera delicada. No se podían soltar. Cada vez que amagaban con separarse, terminaban chocando sus bocas otra vez. Habían descubierto una nueva adicción.


Y que seca está su boca, y tu boca amenazó, tenés muy seca la boca si no te la beso yo

PeperinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora