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Los calientes

Lucía la estaba pasando excelente, le gustaba que Valentín no se le despegara y que los chicos los miraran con ternura. Al principio se sonrojaba con los comentarios, pero logró acostumbrarse y devolverles algunos. Era una noche hermosa y la compañía la hacía incluso mejor. Previaron hasta las 2am, estaban todos entonados. Con Valentín se habían tomado tres jarras de vino, y es que una vez que lo probó se volvió adicta. 

- Ya están los autos - gritó el Depa y todos empezaron a agarrar sus cosas. 

Lucía se puso su campera de jean y agarró su cartera para salir y subirse al uber con Tadeo, Malena y Valentín, los demás iban en otro auto. Al llegar al boliche hicieron la fila correspondiente y una vez entraron, se dirigieron a la barra. Cuando todos tenían sus bebidas, fueron a la pista. El alcohol en sangre hizo que todos se suelten más y no se preocupen por pasar verguenza. 

La castaña estaba muy en su mundo, bailando una cumbia y tomando fernet; tan así que no se dio cuenta de que Valentín la estaba mirando embobado.

- Uy esa cara papá - le gritó Tadeo para que escuchara - enamoradísimo, te perdimos pibe.

- Callate que estás igual salame - contestó - Es que mirala boludo, no puede ser, es el amor de mi vida.

- Fuertes declaraciones - se sumó Wawa - Igual sí amigo, está re linda y encima es piola, mirala cómo siente esa cumbia.

Valentín sonrió y volvió a mirarla, la pollera negra que se había puesto le resaltaba las piernas y el culo, por supuesto. No era boludo, la había mirado mucho y había notado que era uno de sus mayores atributos. Ella lo vio mirándola y le sonrió, así que se acercó.

- Creo que estoy enamorado - le dijo él tomándola de la mano para bailar juntos.

- Ah, ¿sí? - sonrió ella - ¿De quién?

- No sé, una pibita que baila muy bien cumbia y que escabia igual o más que yo.

- Uh, partidazo, mandale mecha - le contestó ella y él la besó. De fondo sonaba Menea para mí de Damas gratis y ellos se separaron para cantarla a los gritos.

- CON LAS MANITOS PARA ARRIBA MENEA PARA MÍ - gritaron al unísono. Malena la agarró de la mano y la metió en el centro de la ronda, así que ella bailó.

Valentín sentía que se moría cada vez que la castaña meneaba y se reía, el tema terminó y ella volvió a ser parte de la ronda mientras todos la aplaudían. Se acercó a decirle que iba a comprar algo para tomar y le preguntó si quería que le traiga algo, cuando ella le quiso dar plata él se negó y encaró a para la barra. Cuando estaba volviendo con dos birras vio como un pibe la agarraba de la mano y le daba la vuelta, invitándola a bailar. Ella sonrió, siempre lo hacía, y él se puso celoso. No habían hablado de exclusividad, pero para él era imposible estar con otra porque ella no salía nunca de su cabeza. Se acercó con mala cara a alcanzarle la cerveza, ella se dio vuelta a mirarlo y al verlo enojado y con la ceja levantada, le sonrió.

- Gracias mi amor - le dijo contenta - te estaba esperando.

El chico que estaba con ella le soltó la mano.

- No me dijiste que tenías novio - le reprochó. Ella levantó su ceja y lo miró mal.

- No me preguntaste - contestó ella.

- Bueno, pero te invité a bailar, no da que bailes con otro si tenés novio.

Valentín escuchaba todo sin meterse, sabía que ella sola era capaz de defenderse de lo que sea.

- ¿Qué tiene que ver el chancho con la velocidad? No lo estaba haciendo cornudo por bailar con vos, salame.

- Alta trola - dijo y se dio media vuelta para irse.

Valentín estuvo a nada de agarrarlo de la remera y encajarle una piña, pero ella lo detuvo.

- Ni te preocupes Val, un salame - dijo ella mirándolo.

- Pero mirá si te va a decir trola Lucía, mínimo una piña - dijo apretando los puños.

- Me han dicho cosas peores - se rió - Posta no pasa nada, un pesado menos, despreocupate. Y perdón por lo de mi amor, pero se había puesto medio pesado y me lo quise sacar de encima.

- No pasa nada Lu, me sorprendió nomas, pero no pasa nada - dijo y ella empezó a caminar, pero la tomó de la mano - Pará, te puedo preguntar algo? - dijo tímido.

- Obvio, qué pasó?

- Si no hubiese sido pesado y te encaraba, ibas a aceptar? - preguntó tímido. Lucía sonrió mostrando los dientes y Valentín se quiso matar.

- No Val, algo que heredé de mi vieja es el bailar con todo el mundo cuando salgo, nada más. Yo estoy con vos y no me interesa estar con otro, qué sé yo - Valentín largó el aire que estaba conteniendo y sonrió.

- Qué bueno no ser el único intenso - dijo agarrándola de la mano para empezar a caminar hasta donde estaban sus amigos.

Lucía se sentía en paz después de esa charla, era una pregunta que le estaba comiendo la cabeza y no se animaba a hacer. Le gustaba que la exclusividad sea recíproca. Cada tanto alguien la sacaba a bailar, pero ella enseguida volvía con Valentín. Ya estaba medio en pedo, no había parado de tomar en toda la noche. El resto del grupo estaba igual, Malena y Tadeo que no paraban de chapar y de gritar las canciones que sonaban. 

Cuando la noche terminaba, empezó a sonar Amigos con derecho de Nene Malo y se sonrieron. Empezaron a cantar a los gritos, hasta que Lucía no se aguantó. Lo tomó de la cadenita y lo besó, pero lo besó como nunca. Desesperada, le acariciaba la nuca con sus uñas y él la apretaba contra su cuerpo lo más que podía mientras bajaba una mano a su culo. Era la primera vez que se animaba a ser atrevido con ella, pero el alcohol había facilitado todo. Era el beso más caliente que se habían dado y les gustaba, hicieron desaparecer todo lo que existía alrededor y eran ellos dos. Al separarse se sonrieron, sorpresivamente, sin una pizca de timidez. 

- Bueeeno, mirala - dijo Valentín riendo.

- No te quejes, que te gustó - contestó ella empujándolo por el hombro.

- ¿Quién se quejó? Por mí chapame así siempre - Y la volvió a besar con las mismas ganas que antes, pero más suelto.


Si no te apreciara tanto te daría un beso que te haría temblar, como yo te aprecio mucho te lo voy a dar igual.

PeperinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora